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La otra Pandemia

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Nota de opinión de familiares, amigos, alumnos y colegas de Marcos Ledesma.

Hace algunos años que, disgregada pero no silenciosa, otra pandemia avanza en nuestro país y nuestra sociedad. Acá no hay virus ni bacterias, sino desinformación, miedo social y manipulación. Es la pandemia de las falsas denuncias.

Hoy 12 de agosto comienza el juicio contra Marcos Ledesma, once años después de las acusaciones en su contra por abuso y corrupción de menores. Al recorrer los casos de la Argentina en estos últimos años nos encontramos con más de 200 docentes denunciados, la mayoría casualmente en jardines de infantes y sobre maestros especiales, como música, educación física, plástica, etc. Acusados de hechos aberrantes y profundamente condenables para cualquiera que escucha la noticia. La rápida, y más cómoda mirada es culpar al denunciado sin la más mínima duda de sus acciones. La premisa de “los niños no mienten” ha teñido de irresponsabilidad el accionar perital, mediático y social de hechos que, de ser verdad, deberían resolverse de maneras menos iracundas y por los carriles penales que den un debido proceso y un ejemplar castigo. Pero no es así, el acusado es condenado a los pocos minutos sin flagrancia ni testigos.

Analía Schwartz, Juan Rosso, Fernando Melo Pacheco, y centenares más son juzgados por las sensaciones de una mamá o un papá que genera la paranoia y activa el terror social de que a nuestros hijos le pase algo horroroso. Pero, esa justicia “popular” que termina golpeando docentes, directivos, quemando escuelas y escrachando vidas no permite llegar a la verdad, porque hay una sentencia previa de condena eterna. ¿O algún docente acusado falsamente puede volver a su vida normal después de todo esto?

El abuso de menores es un hecho aberrante, que debe ser condenado con toda la fuerza de la ley. Pero antes de eso hay que llegar a la verdad. Marcos Ledesma atraviesa sistemáticamente, los mismos pasos de las denuncias a centenares de docentes. Aunque en este caso las pruebas son aún mas contundentes de su inocencia: Trabajar en el hall de un edificio altamente concurrido, con puertas abiertas, docentes de sala presentes, acciones que se le acusan que jamás le pudiera dar el tiempo para hacerlo en los 20 minutos que tiene con los chicos.

No hace falta esperar el juicio, solo analizando las probabilidades fácticas de sus realización es que Marcos debería estar ejerciendo la docencia como lo hizo hasta ese momento, sin acusaciones, querido por colegas y familias. Un profe más de esta ciudad que le pone el corazón y el pecho a su profesión, a pesar de las condiciones adversas con las que cotidianamente se encuentran.

Entendemos que esta responsabilidad excede también a las familias que son victimas de este mal social y ante la suposición de un hecho y desatada la paranoia actúan con ira y desesperación. Pero debemos analizar profundamente cada caso para, como sociedad, llegar a fondo a la verdad. Incluso porque de haber un caso de abuso, quizá la denuncia hacia el docente tapa a los verdaderos monstruos.

Hoy comienza un juicio que esperamos pueda poner en su lugar la verdad, sin presiones sociales ni incomodidades.

Ojalá que sea justicia.

Familiares, amigos, alumnos y colegas de Marcos Ledesma.

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Lobos, cuna del General Perón y del futuro argentino

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Lobos Perón

Opinión: Luis Gotte

Cada 8 de octubre, la tierra bonaerense de Lobos vuelve a despertar con el eco de una fecha que no pertenece sólo al pasado, sino al porvenir de la Argentina: el nacimiento del Gral. Juan Domingo Perón. Allí, en ese rincón de la provincia de Buenos Ayres, no sólo nació un hombre, sino una forma de entender la Nación, el trabajo y la justicia.

Hoy, a 130 años de aquel acontecimiento, el pueblo trabajador argentino debe mirar hacia adelante con la misma claridad con que el Gral. Perón soñó su Comunidad Organizada. No alcanza con invocar su nombre ni repetir sus consignas: necesitamos un Justicialismo más racional y menos emocional, que no se agote en los recuerdos ni en las pasiones del enfrentamiento, sino que se exprese en la acción concreta de reconstruir el país desde abajo hacia arriba.

La política no puede seguir siendo un escenario de emociones desenfrenadas o discursos vacíos. La política -como enseñó Perón- es organización. Y organizar es pensar, planificar, ejecutar y producir. Por eso, la hora exige volver a poner en marcha los engranajes dormidos de nuestros municipios. Porque cada municipio -por más pequeño que sea- es una célula viva del cuerpo provincial, y si esas células se activan, se multiplica la energía que mueve a la Provincia, y con ella, a la gran rueda de la Patria.

El Gral. Perón nos enseñó que no hay Nación fuerte sin provincias fuertes, y que no hay provincias fuertes sin municipios organizados. Esa es la verdadera doctrina del desarrollo argentino: del pueblo hacia el Estado, del trabajo hacia la justicia, de la producción hacia la soberanía.

Hoy debemos hablar menos de lo que fuimos y más de lo que podemos ser. La producción y la innovación son nuestras nuevas batallas; la ciencia, la tecnología y la capacitación de nuestros trabajadores, nuestras nuevas trincheras. El desafío ya no es resistir: es crear. Crear trabajo, crear conocimiento, crear futuro.

Perón no soñó con una Argentina inmóvil ni nostálgica. Soñó con una Argentina justa, libre y soberana en constante movimiento. Y ese movimiento -que alguna vez fue revolución social- hoy debe ser revolución productiva, educativa y tecnológica.

El tiempo de los lamentos terminó. Es la hora de volver a creer en nosotros, en nuestra gente, en nuestros pueblos. De volver a mirar al vecino y decirle: “Vamos juntos, porque nadie se realiza solo”.

Lobos nos recuerda que el peronismo nació del alma de la provincia, no de los despachos ni de los laboratorios del poder. Nació del campo, del taller, de la Iglesia, del cuartel, del hombre común que soñó con una Patria para todos.

Hoy, en su cuna, levantemos esa bandera otra vez, con la serenidad de quien comprende y la fuerza de quien no se rinde. Porque el mejor homenaje que podemos hacerle a Perón no es repetir sus palabras, sino cumplir sus sueños de unidad y organización, de poner a la Argentina en marcha, desde cada municipio, hacia el destino de grandeza que nos espera.

Luis Gotte

La trinchera bonaerense

Desde la comunidad de Lobos

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A 17 meses del gobierno de Milei: balance de una pesadilla democrática

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Por: Pablo Micheli (Dirigente Gremial y Político)

Hace 17 meses que Javier Milei asumió la presidencia de la Nación, y para muchxs, este período se convirtió en uno de los más oscuros de la historia democrática argentina —con excepción de las dictaduras militares. La realidad social, política y económica que atravesamos remite más a un régimen autoritario que a una democracia plena: persecución a periodistas, represión a manifestantes, un discurso de odio sistemático y una crisis económica que castiga brutalmente a la mayoría del pueblo.

Milei no solo es responsable de esta debacle, sino que también ha intentado, a través de una maquinaria comunicacional basada en la mentira y el show, cooptar la subjetividad de amplios sectores, en especial de les jóvenes. Lo logró en parte durante las elecciones de 2023, pero su poder simbólico empieza a resquebrajarse. Y como sucede en todo proyecto autoritario, ante el derrumbe, agudiza la ofensiva: insulta, persigue, degrada el debate público y descalifica a quienes pensamos distinto.

Un ejemplo de ello fue su intento de imponer la ley de “Ficha Limpia” en alianza con Mauricio Macri, una maniobra que apuntaba a condicionar la participación política de líderes opositores como Cristina Fernández de Kirchner. Pero el tiro les salió por la culata: su propia situación judicial —como la causa por estafa vinculada al caso Libra que lo involucra a él y a su hermana— los hubiese alcanzado. La ley no avanzó, no solo por su potencial efecto boomerang, sino porque aún quedan legisladores y legisladoras con conciencia social que la frenaron, especialmente desde Unión por la Patria.

Frente a este escenario, ver a figuras como Silvia Lospennato declarar que «ganó la impunidad contra la democracia» no solo es un acto de cinismo, sino una ofensa a la memoria reciente. Durante el gobierno de Cambiemos (2015-2019), se ejecutaron algunos de los actos de corrupción más groseros que recuerde la historia reciente, solo superados —en escala y consecuencias— por el saqueo sistemático que ejecuta hoy La Libertad Avanza junto al PRO.

La deuda de 45.000 millones de dólares tomada por Macri con el FMI es un símbolo de esta estafa: no fue al servicio del pueblo, sino de sus amigos. Ningún argentino o argentina vio el beneficio de ese dinero, y sin embargo hoy lo pagamos con hambre, desempleo y destrucción del tejido social.

Uno de los ejemplos más indignantes del desprecio gubernamental hacia la ciudadanía es el reciente aumento del salario mínimo, vital y móvil: se anunció en cinco tramos, con un total que ni siquiera cubre dos kilos de carne. Un verdadero insulto. Lo mismo ocurre con las jubilaciones, donde además de otorgar aumentos insuficientes, se reprime violentamente a quienes protestan, incluso a sacerdotes y personas mayores.

Este no es el accionar de una democracia plena. Es autoritarismo. Es fascismo. Y la persecución a la prensa, las amenazas a periodistas y el uso grotesco de la imagen pública —como el meme en que Milei se presenta como “león” al saludar al nuevo Papa— refuerzan esa imagen de un gobierno que gobierna para una minoría y ridiculiza al país frente al mundo.

Sin embargo, en este escenario también se abre una posibilidad. Además de movilizarnos pacíficamente, de defender nuestros derechos en la calle, tenemos en el corto plazo una herramienta poderosa: el voto. Este año hay elecciones. Y aunque muchxs diputadxs y senadorxs hayan defraudado, es clave pensar estratégicamente: hay que quitarle poder a este gobierno para frenar la destrucción de la salud pública, la educación, la ciencia, las pymes y la industria nacional.

Una victoria de Leandro Santoro en la Ciudad de Buenos Aires este domingo sería un golpe político importante. Y, si finalmente Cristina Fernández de Kirchner se postula como diputada nacional en la provincia de Buenos Aires, podría encabezar un frente amplio que una a todas las fuerzas del campo popular. Sería una oportunidad histórica para construir una alternativa fuerte y democrática.

El plan económico actual es una tragedia para la mayoría. Solo beneficia a los grandes grupos concentrados, a los especuladores, a los que viven de la bicicleta financiera. No está diseñado para producir, ni para generar empleo, ni para mejorar la vida de las mayorías. El ministro de Economía se comporta como un buitre: va ahora por los ahorros de lxs ciudadanxs, esa reserva construida con esfuerzo para enfrentar una enfermedad o sostener la educación de un hijo o nietx. No hay proyecto de país en esta política. Solo hay rapiña.

Y cuando el presidente afirma que “los trabajadores explotan a los empresarios”, queda claro hasta qué punto se ha invertido el sentido común. Es tiempo de decir basta.

Es tiempo de salir a la calle pacíficamente, de ejercer el derecho constitucional a la protesta y de llenarle las urnas de votos en contra. Porque si este modelo se consolida, vendrán por más: más despidos, más fábricas cerradas, más ajuste, más pobreza. No les interesa el futuro de la Argentina, solo sus negocios.

Hay que frenarlos. Ahora.

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“No hay forma de que esto termine bien”: Santiago Fraschina advierte que la “burbuja” de Milei “terminará explotando”

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Santiago Fraschina

El economista Santiago Fraschina recorre distintos municipios bonaerenses para realizar la presentación de “Los tres modelos en disputa”, un libro que agrupa y teoriza en torno a los diferentes planes económicos aplicados en Argentina, desde una defensa del modelo al que los autores denominan «justicialista». El trabajo que cuenta con la participación de varios economistas explica por qué el plan Milei «terminará explotando».

Este viernes, el licenciado en Economía, Santiago Fraschina, realizó la presentación del libro “Los tres modelos en disputa” en Olavarría y Azul. El texto fue publicado por la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata y puede descargarse en forma gratuita.

“El gobierno actual implementa el modelo de valorización financiera que es fácil de aplicar pero trae consecuencias nefastas, como sucedió con Martínez de Hoz en dictadura, el menemismo y Macri”, planteó el autor del libro y describió: «Para llevarlo a cabo se debe garantizar es que la tasa de interés sea mayor que la inflación y fijar el tipo de cambio”.

Fraschina es licenciado en Economía (UBA), posee una Maestría en Sociología Económica (UNSAM) y es Mg. en Historia Económica y de las Políticas Económicas (UBA). Además, es director de la carrera de Economía de la Universidad Nacional de Avellaneda e integrante de EPPA, (Economía Política Para la Argentina).

El autor explicó que el modelo de valorización financiera conlleva la «destrucción de la industria nacional, el crecimiento de la desocupación y la caída de los salarios”. Además, advirtió que «generan burbujas que tarde o temprano explotan».

En ese marco, aseguró que el actual gobierno necesita la baja del Riego País para rehabilitar el endeudamiento público y «luego flexibilizar el cepo» para que «los especuladores tengan los dólares para cuando se quieran ir», por lo que consideró que «no hay manera de que termine bien».

El trabajo que cuenta con la participación de reconocidos economistas plantea la existencia de otros dos modelos económicos en el país: el «desarrollismo» y un tercero al que decidieron nombrar como «justicialista».

«El desarrollismo que formuló por primera vez Frigerio apuesta a un proceso de industrialización pero plantea que su financiamiento debe surgir del salario bajo de la clase obrera», explicó.

En cuanto al «justicialista», Fraschina señaló: «El modelo por el que nosotros abogamos también quiere industrializar pero el financiamiento lo pretende obtener través de la apropiación de las rentas extraordinarias de algunos sectores. Pero para eso hay que discutir con los grupos de poder». Además, señaló que en esta alternativa es fundamental que la energía y los alimentos «sean baratos».

Para el autor, la aplicación de ese modelo requiere fortalecer la «comunidad organizada» y consideró que también se debe avanzar hacia una «actualización de su programa» que contemple el surgimiento de nuevos fenómenos como las economías de plataformas.

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