Este martes 18 de octubre, se realizará el Operativo Nacional de Evaluación “Aprender 2016” impulsado por el Ministerio de Educación para todos los estudiantes de escuelas públicas y privadas que cursen 6° grado de la primaria y los de 5.° o 6.° año de la secundaria (dependiendo de la estructura de nivel de cada jurisdicción). La mayoría de los gremios docentes se oponen a la iniciativa y preparan medidas para que no se realice.
La jornada de evaluación será de carácter obligatoria y se llevará adelante con docentes aplicadores ajenos a cada escuela. Según el gobierno el objetivo es “sistematizar información sobre algunas condiciones en las que se desarrollan los aprendizajes y diagnosticar en qué medida se hace efectivo el derecho a la educación de nuestros niños, niñas y adolescentes”.
Sin embargo, la nueva política generó el rechazo de los gremios docentes, que no aceptan “formatos estandarizados que ubican a los docentes como meros ejecutores y a los estudiantes como objetos de estudio”.
Desde CTERA expresaron que consideran a la evaluación como “una herramienta fundamental e inescindible de la experiencia educativa” pero que debe estar “contextualizada, considerando las condiciones de trabajo, los procesos de enseñanza y de aprendizaje y las políticas educativas”.
“Las/os docentes queremos tener voz en la construcción de las evaluaciones, porque somos quienes conocemos a los niños/as y jóvenes y a sus comunidades, por lo que no podemos quedar fuera del debate”, expresaron y agregaron: “Porque somos ‘docentes’ y no veedores ni aplicadores, nosotros también queremos evaluar, tenemos el derecho a evaluar”.
“Porque sabemos que nuestra tarea no está escindida de las condiciones de vida de nuestros pibes y pibas y porque entendemos que las políticas educativas favorecen u obstaculizan nuestro trabajo y los aprendizajes de los y las estudiantes”, añadieron
“Por lo tanto no acordamos con pruebas estandarizadas, que fracturan la enseñanza de la evaluación, producen ruptura del lazo pedagógico, impiden recuperar las ideas que los estudiantes ponen en juego para responder, no retro alimentan las prácticas pedagógicas”, argumentaron desde CTERA que entre otros gremios en Provincia nuclea a SUTEBA y la FEB.
“En el marco de las jornadas de lucha de los días 18 y 19, realizaremos una CONTRAEVALUACION EDUCATIVA. Los trabajadores de la educación realizaremos una evaluación colectiva de políticas educativas nacionales y provinciales, el financiamiento, la gestión y al sistema educativo”, detallaron.
En tanto, la Federación Docente (CTA) impulsa una jornada de lucha con paros y movilizaciones para el 18 y 19, buscando detener el operativo. En contraposición, proponen que docentes, padres y alumnos evalúen “las políticas educativas y los gobiernos”.
La Federación asegura que la “cultura de la evaluación” que el PRO quiere imponer sin consultar a docentes, alumnos y padres, “sólo responde a los lineamientos del Banco Mundial, la OCDE y los empresarios”, y expresó que este proyecto “es enfrentado en México y otros países, donde quieren imponer estas evaluaciones externas y estandarizadas como las pruebas PISA y que son contrarias a la escuela pública estatal”.
“La Federación viene rechazando el intento crear un Instituto de Evaluación que, lejos de mejorar la educación, intenta constituirse como organismo disciplinador y flexibilizador de las condiciones laborales y profundizar la fragmentación del sistema entre escuelas para ricos y pobres. Por eso promovió este Encuentro y un Instituto de Evaluación que evalúe las políticas educativas, al gobierno nacional y los provinciales, responsables de la continua crisis educativa”, agregaron.
Del mismo modo, la Unión Docentes Argentinos (UDA) presentó a través de su cuerpo legal recursos administrativos en las carteras educativas de cada jurisdicción a efectos de impugnar por falta de motivación el Operativo Nacional de Evaluación “Aprender 2016”.
Desde Docentes Argentinos Confederados (DAC), confederación que integra la FEB, expresaron que si bien “no están en contra de las instancias de evaluación”, deben ser entendidas como “puestas en valor de los procesos de enseñanza-aprendizaje que se desarrollan dentro de un determinado contexto institucional, social, económico e histórico en el compromiso profesional de repensar las prácticas, las dinámicas, los logros, las dificultades por las que son atravesadas cada una de las instituciones escolares en su devenir y con sus particularidades”.
“La propuesta de la Evaluación Nacional Aprender 2016 lejos está de ese concepto de evaluación, no se ha planteado ningún tipo de espacio de participación ni de aporte de los docentes, que mucho tenemos para decir desde nuestros propios saberes y experiencias. Se pretenden realizar pruebas estandarizadas cuyos resultados, tenemos sospechas fundadas, podrían ser utilizados para categorizar a los docentes, a las escuelas y a las jurisdicciones”, expresaron.