Las delegaciones de PAMI en todo el país permanecieron paralizadas este jueves por una medida de fuerza nacional convocada por los gremios del sector en rechazo a la última propuesta salarial del gobierno nacional y su política de «vaciamiento» del organismo.
La protesta forma parte de un plan de lucha que podría profundizarse en las próximas semanas. En los días previos, los empleados realizaron ceses parciales de actividades, y este jueves decidieron intensificar las acciones con asambleas y actividades de difusión frente a las delegaciones, con el objetivo de visibilizar el reclamo.
En paralelo al paro, los trabajadores de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) se movilizaron hacia el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, que encabeza Federico Sturzenegger, para exigir un incremento salarial urgente y rechazar las políticas de ajuste impulsadas por el Ejecutivo nacional.
También se sumaron a la medida la Asociación de Profesionales de la Salud (APPAMIA), el Sindicato Unido de Trabajadores y Empleados de PAMI (SUTEPA) y la Unión de Trabajadores del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (UTI).
Las organizaciones sindicales denuncian que los más de 12.500 empleados del PAMI en todo el país perdieron más del 60% de su poder adquisitivo en lo que va del año, producto del congelamiento salarial y la inflación.
Desde la delegación de General Rodríguez, el trabajador Joaquín González explicó que la medida se enmarca en un proceso de protestas iniciadas en septiembre, con ceses de tareas y restricciones en las prestaciones del organismo. “Los sueldos están congelados y no se habilita la paritaria desde hace un año, lo que provoca que muchos profesionales, técnicos y médicos opten por irse del PAMI”, afirmó.
González también denunció que desde febrero se registran 550 despidos y advirtió sobre un “vaciamiento lento y persistente del organismo”.
“A la falta de prestaciones se suma la dilación en la evaluación de tratamientos y la sobrecarga sobre los trabajadores que seguimos sosteniendo la gestión. Todo está relacionado con todo”, subrayó.
El trabajador señaló que “las prestaciones se restringen, las farmacias no expenden medicamentos y muchos médicos dejan de atender pacientes de PAMI porque no se les paga o los pagos se demoran”. En ese sentido, consideró que “se está vaciando por goteo el recurso humano esencial para el funcionamiento del sistema, lo que genera más demoras, errores y un peor servicio”.
Durante la jornada de paro, los empleados de la sede local compartieron una merienda con afiliados y vecinos para explicar los motivos de la medida. “La comunidad de General Rodríguez, los centros de jubilados y distintos gremios acompañan este reclamo y reconocen que es justo. El PAMI lo construimos entre todos: trabajadores, afiliados y comunidad”, destacó González.
Finalmente, denunció amedrentamientos y amenazas hacia trabajadoras y trabajadores en algunas oficinas del organismo, “con maniobras destinadas a desalentar las medidas de fuerza”.