La mayor parte de los cortes congelados provienen de Brasil y de Dinamarca. Este fenómeno le impone precios bajos con los que es muy difícil competir para los productores locales. Además, advierten del riesgo sanitario que implica la venta como fresco de carne que estuvo congelada.
Desde la Sociedad Rural de Junín alertaron que “las importaciones de carne porcina en Argentina han tenido una escalada muy importante, lo cual desalienta la inversión local”.
La carne de cerdo tiene menos tiempo útil que la carne vacuna y la aviar, por lo que todas las transacciones internacionales se hacen mediante la modalidad de congelado.
La Ley 18.284 del Código Alimentario Argentino en su Artículo 162 dice “El transporte de estos productos se efectuará en vehículos provistos con equipos necesarios para mantener la temperatura indicada en el párrafo anterior (-18ºC), condición que también deberán cumplir las conservadoras o neveras de venta al público.”
Sin embargo, se ha constatado numerosas violaciones a esta norma a partir de la venta de cortes frescos que fueron importados como congelados. Es el caso del supermercado La Anónima que vendía carré de cerdo descongelado y cortado con una advertencia que indicaba “no volver a congelar”.
Además, la normativa aclara en que la etiqueta debe decir en letra clara y visible, la fecha de elaboración y el país de origen, sin embargo muchas veces esto no se cumple.
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