Benjamín, un bebé de tan solo 2 meses, sufrió la pérdida de tres dedos de una mano por las mordeduras de un gato. Jorge Dasseville, padre del niño, contó la odisea que vivió la familia, criticó la atención en el hospital municipal y su gratitud con un centro médico de Bahía Blanca donde le salvaron la vida.
A pocos días de que Benjamín recibiera el alta, Jorge Dasseville habló con La Voz del Pueblo y relató lo sucedido. “He pasado por cosas muy terribles en mi trabajo, pero ver la mano de mi hijo en la boca de un gato es una imagen que se va a ir conmigo. Lo tendré que aceptar para seguir adelante. Fue una tragedia de diez minutos que nos cambió la vida a todos”, contó Jorge, enfermero en el Hospital Pirovano de Tres Arroyos.
El extraño episodio ocurrió el pasado 19 de mayo por la tarde, cuando Jorge se encontraba al cuidado de sus dos hijos y salió al patio a realizar una tarea doméstica. Benjamín dormía en su cuna.
“Al entrar a la habitación, veo que el nene estaba mirando un juguete de bebé, de esos que giran. No lloraba. Nunca lloró. Ni siquiera después. El médico que lo atendió en Bahía Blanca dice que se pudo haber shockeado. Entro y veo al gato con la mano del nene en la boca. Lo primero que pensé es que lo estaba lamiendo. Cuando me acerco, veo sangre. Levanto al nene y noto que el gato le estaba masticando el dedo meñique, que es el que le tuvieron que amputar en Bahía Blanca, y que ya le faltaban otros dos”, contó.
Y continuó: “Agarro del cuello al gato y lo revoleo. Luego lo levanto al nene y lo que me acuerdo en ese momento es haber dicho: ‘Le comiste los dedos a mi hijo’. Me desesperé. Estaba con mi otro hijo, de seis años, que también vio lo que pasó”.
El gato que mordió al bebé era una de las mascotas de la familia que aclaró que el animal estaba bien alimentado y con todas las vacunas al día. Aunque se trata de un caso muy extraño, en 2019 sucedió algo similar en Mendoza.
Rápidamente, Jorge llevó a su bebé a la guardia del Hospital Pirovano. El médico lo derivó a la Clínica Hispano Argentina, donde el traumatólogo le dijo que no podían operar a niños menores de 1 año. En estado crítico fue derivado al Hospital Italiano de Bahía Blanca.
“Con esto que digo, alguno se puede enojar. No estoy jugando a ser médico, pero soy licenciado en Enfermería y sé lo que hay que hacer en estos casos. A un paciente crítico, antes de trasladarlo, hay que compensarlo y ponerle una vía. Si la vía no se puede colocar a través de lo natural, se le coloca una central o se canaliza a la persona. Eso es para todos. Desde un niño a un abuelo”, reflexionó.
Continuando con el relato, el padre del niño contó: “Me cargaron en la ambulancia. Cuando llega, viene con una enfermera. Me quedé esperando al médico. Vi que no venía. Entonces, agarro a mi hijo y yo fui con él. Lo abrigué bien. Le fui hablando. Yo veía que perdía mucha sangre. Por dentro yo pensaba que si mi hijo se moría, tenía que ser en mis brazos, y no en los de otra persona. Es real. Me mantuve como pude. El nene estaba blanco”.
“Así llegamos al Hospital Italiano, con el nene con 24 de hematocritos, o sea, nada de sangre. Y seis de hemoglobina. Si hubiera sido un viaje a La Plata o Mar del Plata, el final era otro. Al llegar, nos recibe el equipo de cirujanos. Primero le hicieron los análisis prequirúrgicos. Acá -en Tres Arroyos- no le habían hecho nada como para, aunque sea, ganar tiempo”, reprochó.
En pocos días, Benjamín pasó por cuatro intervenciones quirúrgicas y pudo recuperarse. A pesar de que la obra social no cubrió las cirugías, el Hospital Italiano absorbió los costos. No tuvo la misma actitud el hospital municipal de Tres Arroyos que, con Benjamín todavía grave, llamó a su padre para pedirle una foto del DNI del niño para facturarle a la obra social. En Tres Arroyos hace años que la comunidad reclama por las carencias del hospital.
En cuanto al futuro del niño, su padre comentó: “En unos años, veremos cómo seguir. Pero posiblemente tengamos que viajar a La Plata para ver su prótesis. Perdió tres dedos: el meñique, el anular y el mayor”.
“Más allá de lo que pasó, nos amarga las cosas que no va a poder hacer. Es un bebé de dos meses. Nunca dejamos a los chicos solos. Jamás. Siempre nos turnamos con mi señora para que uno de los dos se quede con los nenes. El que nos conoce sabe es que así. Nos tocó esta situación. Es una tragedia, pero hay que seguir adelante”, expresó.
Fuente: lavozdelpueblo.com.ar
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