El gobierno nacional despidió a 160 de los 600 trabajadores de la construcción destinados al proyecto de reactor nuclear CAREM, pero el sindicato obtuvo la conciliación obligatoria provincial.
«El gobierno de Milei quiere desmantelar este proyecto, que es estratégico para los intereses nacionales», definió Julio González, la máxima autoridad de la regional Zárate de UOCRA, consultado por Buenos Aires/12.
La motosierra del Presidente Javier Milei llegó a la planta nuclear de Atucha, en la localidad de Lima, partido de Zárate. Fueron despedidos 160 trabajadores de UOCRA que construían el CAREM 25, el reactor argentino mediano, una obra clave para la soberanía energética, que además tenía serias chances de exportarse. Sindicatos y legisladores, unidos en su defensa.
La obra y el proyecto CAREM 25 son potestad de la empresa pública Nucleoeléctrica Sociedad Anónima, que figuraba en el listado de empresas a privatizar de la fallida ley ómnibus, caída en febrero pasado.
La diputada nacional Micaela Morán, oriunda de Zárate y consustanciada con la actividad de Atucha, presentó en la cámara un pedido de informes al Ejecutivo. Otros dos similares fueron ingresados por el radical Julio Cobos y el peronista santafesino Eduardo Toniollli. Para Morán, “dañan la empresa para bajarle el precio y poder malvenderla, porque ya deben tener un número vil acordado con algún interesado”.
Interesados sobran, ya que el proyecto CAREM tiene un enorme potencial económico y estratégico. Carem es la sigla de Central Argentina de Elementos Modulares, y designa el primer prototipo de reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en Argentina.
El CAREM permite generar energía eléctrica hasta los 32 megavatios, suficiente para abastecer a una población de unos 120 mil habitantes, es altamente apto para brindar servicios en zonas alejadas de los centros urbanos y es fácilmente replicable, por lo que generaría, además de un importante ahorro de divisas al sustituir importaciones, ingresos genuinos por exportación.
Para Morán, el freno a la obra va a contramano de los intereses del país. “El CAREM es parte de un plan estratégico porque además de generar energía para nuestro sistema es una oportunidad única de exportar conocimiento. Cuando más necesitamos de este tipo de tecnología a nivel mundial, con la transición energética en pleno auge, toman esta desacertada decisión. Desguazar este tipo de energía, que es la que necesita el mundo, que es segura, abandonar la investigación y la producción, les es indiferente, no les importa que lo pague la gente”, explica.
Morán aporta otro dato clave para entender la decisión. “El gobierno también demora obras claves como el reversal del norte. Detener las obras estratégicas implica prolongar la dependencia de las importaciones de GNL en vez de desarrollar energía nuclear limpia”.
La CNEA “todavía no arrancó”
Si las centrales son operadas a través de una empresa pública, Nucleoeléctrica, el conocimiento, el insumo clave de todo el proyecto, es producido por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), una de las agencias públicas que “todavía no arrancó”.
El gobierno libertario, además de no haber designado aún un funcionario para conducir el área, tampoco aceptó la renuncia presentada en diciembre por la física Adriana Serquis, quien encabezaba la gestión anterior.
Desde la cuenta de X @Defendamoslaciencia publicaron un comunicado con la firma de todos los gerentes de Nucleoeléctrica. Allí manifiestan que «para todo este año 2024 todavía se cuenta sólo con el crédito presupuestario prorrogado del año 2023 que, dependiendo en cada inciso y tipo de gasto, alcanzaría en algunos casos hasta los meses de mayo o Junio. Si bien la Institución ha realizado todos los esfuerzos necesarios para proyectar y transmitir a las áreas superiores pertinentes las necesidades mínimas de crédito para garantizar el funcionamiento durante todo el año 2024, todavía no se ha podido consolidar este requerimiento y no hay certeza de fechas en las que pudiera concretarse».
«En estas condiciones, comienza el impacto en las obras de los proyectos estratégicos, como la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), el Reactor Argentino Multipropósito RA-10, afectando a las empresas subcontratistas, y los servicios de Medicina Nuclear y Radioterapia dificultando la realización de estudios de diagnóstico y tratamiento. También en el normal funcionamiento de las instalaciones de los centros atómicos, complejos tecnológicos y regionales, ante la imposibilidad inmediata de garantizar los servicios básicos, esenciales y permanentes que hacen a su operatividad y funcionamiento en condiciones seguras. Y algo similar comienza a ocurrir también en algunas instalaciones ante la imposibilidad de los laboratorios de CNEA de reponer los insumos necesarios para realizar los análisis que den cumplimiento a los requerimientos regulatorios», agregan en el siguiente párrafo.
Ante los 160 despidos, el Ministero de Trabajo bonaerense que encabeza Walter Correa reaccionó de inmediato, y la UOCRA obtuvo el jueves la conciliación obligatoria por un período de quince días. Aún no hubo respuesta de Nación.
Fuente: Buenos Aires 12. Ernesto Arriaga.