El impactante descarrilamiento de una formación de Trenes Argentinos Cargas se produjo este viernes en cercanías de estación Saforcada de la Línea San Martín, en el partido de Junín. El descarrillo dejó como saldo una locomotora dañada, tolvas cerealeras y los rieles retorcidos. Afortunadamente no hubo que lamentar víctimas ni heridos.
Si bien no trascendieron las causas del descarrillo, semanariodejunin.com.ar retrató que esta no es la primera vez que esta zona se producen descarrilos como este ya que en diciembre de 2022 ocurrió un hecho similar entre las estaciones Las Parvas y Blandengues, cuando una formación salió de las vías, destruyendo en cientos de metros de rieles, además de varios vagones, interrumpiendo la circulación para realizar las tareas de remoción y restauración del lugar, que obligó a interrumpir el servicio de pasajeros de la línea San Martín que une Retiero con Justo Daract, en la provincia de San Luis.
De los 32 mil kilómetros de vías que había, actualmente quedan 16 mil activos, de las cuales 9.100 están están bajo la órbita de Trenes Argentinos Cargas, mientras que los restantes 7.000 están siendo operados por privados que recientemente fueron beneficiados con una extensión de la concesión por 180 días a pesar de la evidente falta de inversión.
Sobre los descarrilamientos, el director del medio especializado Crónica Ferroviaria, Carlos Alberto Salgado, aseguró a Todo Provincial que «con el estado actual de las vías, los trenes no pueden circular a más de 30 o 40 kilómetros por hora«, y que «sólo en los corredores a Mar del Plata y a Rosario pueden levantar más velocidad porque fueron renovados».
En la década de los ´90, con la privatización de las líneas férreas las empresas redujeron considerablemente la cantidad de cuadrillas de vía y obra. Los “catangos”, peones de estas cuadrillas, se encargaban del mantenimiento permanente de las vías, revisando fijaciones, repasando tornillos de unión de rieles y los alambrados para evitar la intrusión de animales de los campos linderos, entre muchas otras tareas.
«Estaban cada 50 kilómetros y antes del paso de cada tren mandan una zorrita con personal para corroborar el estado de la vía y luego, si estaba todo bien, despachaban el tren. Ahora no hay ningún control, ni siquiera cuando pasa un tren de pasajeros«, comentó Salgado.