Las 5 mejores cosas que hacer en Villa La Angostura
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Emplazada en el corazón de un corredor de lagos, playas, bosques y montañas, Villa La Angostura es conocida como “el jardín de la Patagonia”. Se trata de un verdadero paraíso de aire puro, naturaleza y tranquilidad.
Por sus incomparables paisajes y gran cantidad de ambientes naturales para recorrer a muy poca distancia es uno de los destinos turísticos más importantes de la Patagonia. Las excelentes cabañas para alquilar en Villa La Angostura son una gran opción para quienes quieren conocer este verdadero edén.
Las mejores cosas que hacer en Villa La Angostura
Ubicada sobre el noroeste del lago Nahuel Huapi, en el sur de la provincia de Neuquén, Villa La Angostura cuenta con uno de los paisajes de montaña más pintorescos de Argentina. Está inmersa en el parque nacional Nahuel Huapi, rodeada de lagos y enmarcada en las principales áreas protegidas de la Patagonia.
Sus bosques surcados por ríos, cascadas y montañas alteran sus colores renovando su belleza a través de las estaciones. Este entorno único permite ofrecer distintos atractivos y actividades en contacto con la naturaleza a lo largo del año.
1. Visitar el Parque Nacional Los Arrayanes
Villa La Angostura es el portal de entrada al Parque Nacional Arrayanes, el único lugar en el mundo donde se encuentra un bosque natural de esta especie tan particular. El único arrayanal arbóreo del mundo que puede ser visitado, se encuentra en el extremo sur de la Península de Quetrihue.
Este Bosque exhibe ejemplares de hasta 25 metros, cuya edad promedio es entre 160 y 250 años; habiendo ejemplares que alcanzan los 600 años.
Para llegar al Bosque, en primer lugar hay que llegar a la zona de los puertos y desde allí, se puede partir del Istmo caminando 12km, en los que se pueden apreciar especies autóctonas del Bosque Andino Patagónico, el casco de una antigua estancia, y la laguna Patagua en el camino.
2. Caminata por la senda Lago Espejo – Lago Correntoso
Este sendero se puede recorrer en una hora aproximadamente y está accesible durante todo el año. Durante este paseo familiar, se puede observar la espectacular flora del lugar y tomar unos mates en la playa del Lago Correntoso, donde termina el camino.
El Correntoso es un lago rodeado por el cerro Belverde, entre otros. Su agua proviene del lago Espejo, mediante el río Ruca Malén, y sus aguas van al lago Nahuel Huapi por el río Corrrentoso. Se trata de un marco natural incomparable, rodeado de montañas, arenas de origen volcánico y aguas cristalinas.
3. Recorrer la Ruta de los 7 lagos
La Ruta de los 7 Lagos es el camino que une Villa La Angostura con la ciudad de San Martín de Los Andes. En los 110 kilómetros de su recorrido pueden apreciarse inigualables escenarios naturales conformados por los lagos Espejo, Correntoso, Escondido, Villarino, Falkner, Machónico y Lacar.
Este tramo de la Ruta Nacional 40 es un camino de montaña, sinuoso que atraviesa densos bosques de especies autóctonas, convirtiéndose de esta manera, en un atractivo en sí mismo. Durante el recorrido se puede conocer el Parque Nacional Lanín y el parque Nacional Nahuel Huapi.
4. Visitar el Itsmo y Miradores de Quetrihue
La península de Quetrihué se encuentra unida a Villa la Angostura por un itsmo que lleva su mismo nombre. Esa delgada franja de tierra es la famosa “angostura” por la cual se le dio nombre a la Villa.
Desde allí se ingresa al Parque nacional Los Arrayanes, donde se encuentran los miradores que permiten tener una magnífica vista del lago Nahuel Huapi, sus brazos Machete, Rincón Última Esperanza, la isla Fray Menéndez y los cerros cercanos.
Al ingresar al Parque Nacional Arrayanes hay una senda con escaleras a la derecha que conduce a los Miradores de Quetrihué. Desde aquí se tiene una magnífica vista de la Residencia provincial El Messidor, las pistas de esquí del centro invernal Bayo, los cerros Inacayal y Belvedere, y la zona donde se produce La Angostura del istmo.
5. Esquiar en el Cerro Bayo
Quienes visiten Villa La Angostura en invierno pueden visitar el Centro de Esquí Cerro Bayo que cuenta con un equipamiento de excelencia: 6 telesillas dobles, 2 monoplaza y 4 teleski. Estos medios de elevación permiten que puedan ascender un promedio de 4.500 esquiadores por hora, quienes pueden hacer uso de 20 kilómetros de pistas y disfrutar de una superficie de 200 hectáreas rodeadas de nieve honda, especial para los amantes del snowboard.
Los esquiadores que desean tomar un descanso y saborear platos tradicionales pueden concurrir a la confitería de la base «Chalten» o bien a «Tronador» que se encuentra a 1.500 metros de altura.
Villa La Angostura está muy cerca de destinos muy atractivos como Bariloche. A tan sólo 82 kilómetros, recorrer la ruta que separa a ambas ciudades es una verdadera experiencia en sí mismo.
Más de 300 rodanteros vivieron un fin de semana inolvidable en la Quinta municipal de Daireaux, donde se llevó a cabo el 2do Encuentro Rodantero.
Con una variedad de actividades como espectáculos musicales, asados, y un excelente clima, este evento multitudinario consolidó a Daireaux como un destino turístico atractivo en la provincia de Buenos Aires.
Cerca de 300 vehículos se sumaron a este encuentro, donde viajeros de toda Argentina y países limítrofes descubrieron la ciudad y quedaron encantados con la calidez de su gente y la variedad de propuestas.
La agrupación «Con la Casita al Hombro» y la Dirección de Deportes, Turismo y Recreación de la Municipalidad de Daireaux trabajaron juntas para ofrecer un fin de semana lleno de actividades, incluyendo salidas turísticas, vuelos de bautismo en avión, aeromodelismo, paseo de artesanos, patio de comidas, mini fiesta del cordero, espectáculos en vivo y shows musicales.
Además, se entregaron reconocimientos a la rodantera más joven, al más longevo, el más lejos, al rodantero sin rodante y a la primera en anotarse y se sorteó un premio de 100 mil pesos en combustible, el cual fue donado generosamente a los Bomberos Voluntarios.
El encuentro terminó el domingo por la mañana con una multitudinaria caravana por la ciudad.
Aunque aún no se ha confirmado la fecha para el próximo encuentro, los organizadores prometen duplicar la apuesta para el 2025, lo que promete ser un evento aún más emocionante y atractivo.
La Provincia de Buenos Aires tiene 135 municipios, posee costas, mar, ríos, llanuras, sierras, campo, industrias, rutas, autopistas y ahora, también un vino de cepa propia. La ciencia bonaerense logró aislar bacterias lácticas de la región para desarrollar un producto con las características de nuestro territorio.
En el Laboratorio de Microbiología Molecular (LMM) de la Universidad Nacional de Quilmes comenzó hace 17 años un paciente proceso de estudio de cepas enológicas de diferentes regiones de la Argentina, hasta lograr identificar y caracterizar las propias de la Provincia.
A lo largo de ese trayecto, entre otros apoyos, en 2016 obtuvieron un subsidio de la Comisión de Investigaciones Científicas que les permitió fortalecer este proceso de investigación, para iniciar el estudio de diversidad bacteriana mediante secuenciación masiva y el análisis del impacto del clima en dicha variedad microbiana, utilizando estas técnicas de última generación.
El trabajo continuó, hasta que el pasado lunes 26 de agosto le dieron un primer cierre: le pusieron el corcho y la etiqueta a las primeras botellas de “Sello Bonaerense”, el vino tinto casero que desarrollaron junto al Centro de Enólogos de Buenos Aires (CEBA).
“Es un Malbec inoculado con una cepa de Lactiplantibacillus plantarum obtenida a partir de un vino bonaerense de la bodega Saldungaray”, explicó Gabriel Rivas, Licenciado en Biotecnología y Doctor en Ciencia y Tecnología, integrante del LMM.
Según detalló, en este caso trabajaron “por primera vez con una bodega ubicada en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires estudiando principalmente el varietal Malbec, del que se han realizado los aislamientos de distintas especies de bacterias de ácido láctico a partir de las cuales se seleccionaron aquellas con las mejores propiedades tecnológicas y enológicas, a fin de formular un iniciador de fermentación maloláctica”.
Fermentación y bacterias autóctonas
El LMM es un grupo multidisciplinario compuesto principalmente por investigadoras con amplia experiencia en el campo de la microbiología, la biotecnología, la bioquímica y la ingeniería en alimentos.
Una de sus líneas de investigación es el uso de bacterias lácticas en vino. Estos microorganismos son de uso común en la industria alimentaria para modificar el aroma, los sabores y la textura de distintos tipos de alimentos.
En el caso de la producción vitivinícola, se suelen realizar dos fermentaciones: una primaria o alcohólica, conducida por levaduras, que es la base de la vinificación; y una secundaria o maloláctica, de la que participan las bacterias lácticas y cuyo objetivo es disminuir la acidez total, además de otorgar sabores y aromas característicos que mejoran la calidad del vino.
En Argentina, las bacterias lácticas utilizadas en vinos son importadas mayoritariamente de Francia, Italia o Estados Unidos, entonces aportan aromas y sabores ajenos a nuestro territorio. El otro problema, además, es que se consiguen a precio dólar.
Pero este panorama puede empezar a cambiar, gracias al desarrollo científico local. El LMM logró formular los primeros iniciadores malolácticos argentinos, aislando bacterias autóctonas de dos regiones vitivinícolas de nuestro país: la bonaerense y la patagónica. Con ellas se vinificaron tres Malbec: Blend 11-73, Blend Carácter Austral y el mencionado Sello Bonaerense.
“Ha sido una muy buena oportunidad la de trabajar con el CEBA, que son los especialistas en vino. Nosotros estudiamos microorganismos y ellos saben cómo hacer un buen vino. Lo trascendental es que es la primera vez que obtenemos el vino embotellado. O sea, hemos hecho todo el proceso, con la intervención de las cepas bacterianas ya aisladas y caracterizadas”, afirmó la Doctora Lucrecia Delfederico.
Entre 2017 y 2020, Rivas y Delfederico viajaron a la Bodega Saldungaray para estudiar sus vinos y poder aislar bacterias lácticas de esa zona de la Provincia. De allí proviene el Lactiplantibacillus plantarum con el que se desarrolló Sello Bonaerense, que le otorgó el sabor y aroma característicos de esa región.
“Siempre decimos que las cepas autóctonas mejoran o reproducen mejor el terroir de un vino, ya que no solamente lo aporta la uva regional, sino también los microorganismos están involucrados en las características organolépticas de ese vino”, expresó Delfederico.
El enólogo Alfredo Yornet, presidente del CEBA (institución fundada en 1945), describió el proceso de trabajo conjunto: “Se acercaron a nosotros, diagramamos un esquema de trabajo y ellas aportaron las bacterias lácticas que habían aislado. Se sembró por un lado la bacteria láctica de ellas y por otro las bacterias lácticas que nosotros usamos de origen norteamericano. Luego, después de la fermentación maloláctica, hicimos las degustaciones por comparación y notamos un gran resultado de las bacterias lácticas de la universidad”.
“El año que viene pensamos que vamos a utilizar únicamente las de la universidad”, remarcó Yornet y señaló: “si se puede reproducir esa bacteria y se puede industrializar para comercializar, va a ser un gran logro”.
Actualmente la tarea del laboratorio está centrada en analizar la resistencia de estos microorganismos a procesos de desecación para poder comercializarlos. “La intención es llegar a tener un producto fácil de emplear por los enólogos, que mejore las propiedades de ciertos vinos, no solamente en la Provincia. El mercado es amplio, ya que podrían emplearse en vinificaciones de otros varietales de uvas tintas”, indicó la docente e investigadora.
El LMM está dirigido por la Dra. Liliana Semorile y del proyecto participaron, además de Rivas y Delfederico, Elizabeth Tymczyszyn, Bárbara Bravo Ferrada, Natalia Brizuela, Danay Valdés La Hens, Marina Navarro, Naiquén Flores y Andrea Guillade.
Por: David Barresi – Comisión de Investigaciones Científicas
La Fiesta Nacional del Salame Quintero convocó a una multitud de viernes a domingo. Durante el evento, los organizadores presentaron el sándwich de salame más largo de Argentina.Además, una productora mujer ganó el premio al mejor salame quintero del año.
El intendente de Mercedes, Juan Ustarroz, agradeció “a cada productor y productora por el gran trabajo, a las y los trabajadores municipales, a todas y todos los que nos han dado esta fiesta inolvidable”. El nuevo embajador ha sido designado por los productores a “Wado” de Pedro.
La 49° Fiesta Nacional del Salame Quintero provocó el enorme arribo de turistas que tuvo la ciudad, generando trabajo e inyección de recursos.
A pesar de la crisis económica, las ventas en la carpa de productores fueron excelentes, como así también cantinas de los clubes que algunos de ellas ya a la tarde habían agotado algunos productos.
La Municipalidad, a través del intendente, entregó un sentido reconocimiento a Amanda Berro y toda la familia del Juan Carlos Berro, histórico productor e impulsor constante de la fiesta en todo el país.
El mejor salame quintero del año
Para la elección del mejor salame quintero del año trabajó durante la jornada del sábado un reconocido grupo de vecinos y vecinas. Ellos fueron: Sergio Sirello, Sebastián Sandoval, Maximiliano Bigongiari, Cecilia Di Pieri, Jorge Piccone, Gustavo Grasso, Omar Torres y Jorge Rodríguez.
La productora del año fue Mónica Garro, con 551 puntos, seguida de Carlos Cobos, con 535 puntos y en tercer lugar Sonia Garro con 495 puntos, generando así el podio del 2024 a mejores productores del año.
El resto hasta llegar a diez fue para Ezequiel Manzano, Mauricio Sirello, Diego Grassi, Javier Di Pieri, Javier Manzano, María José Pomaré y Agustín Luna entre casi tres decenas de productores presentados.
Mercedes presentó el sándwich de salame más largo del Argentina
Durante la fiesta, se presentó además el sándwich de salame más largo del país que se elaboró con un pan de más de 2 metros de largo que se produjo en los hornos de la panadería “La Dulce Anita”, última ganadora de la fiesta de la Galleta de Campo.
El pan, especialmente cocinado para la ocasión, fue rebanado y puesto a punto por Carmelo y Anjula, dos pintorescos personajes puestos en escena por los actores locales Florencia Seoane y Eugenio Rosito, que durante toda la jornada interactuaron con las y los turistas que se fotografiaban, simulando ser italianos emigrados conocedores de una receta única.
La primera preparación fue el sábado, repitiendo experiencia el domingo. Por supuesto, una vez finalizado, se rebanó en cuantas fracciones fue posible y se repartió entre el público que compartía el momento.