Se trata de la obra de limpieza y hormigonado del arroyo Carnaval en Villa Elisa, una localidad del norte platense. Además de amenazas por escrito hubo algunos ataques contra equipamiento y maquinaria. La empresa exige condiciones de seguridad para continuar con los trabajos.
“Atacaremos de inmediato, ya tuvieron demasiadas advertencias y siguieron igual”, asegura la carta de amenaza que recibieron los trabajadores de la empresa Marín Construcciones SA. en el obrador ubicado a pocos metros del Camino Centenario. Los trabajos en el arroyo Carnaval son parte del plan hidráulico encarado por la Provincia luego de la trágica inundación de la capital bonaerense en abril de 2013.
Miguel, un obrero que pidió resguardar su identidad, contó a TODO PROVINCIAL que desde el 2013 hasta el 2015 los trabajos avanzaron río abajo sin problema, pero en la segunda etapa, en dirección opuesta, comenzaron a llegar amenazas y hubo varios ataques violentos.

“La obra es a la altura de Camino Centenario y calle 426. Hasta 2015 hicimos 300 metros agua abajo, para el lado del Río de La Plata. Pero cuando empezamos la segunda etapa, para el otro lado comenzamos a recibir amenazas. En la zona donde tenemos conflictos hay viviendas de personas con alto nivel adquisitivo”, explicó el obrero a este portal.
Además de los escritos, los atacantes hicieron explotar una gran tubería por la que se desviaba el agua del arroyo, luego rompieron una bomba de grandes dimensiones y un día uno de los trabajadores fue amenazado con un arma por dos chicos en moto.
“En ese momento se decía que era algo político por las elecciones. Pusieron policía local para custodiar, pero una noche tiraron una bomba molotov y prendieron fuego una mini excavadora que vale más de dos millones de pesos. En ese momento se decidió cortar la obra, además coincidió con la paralización que se dio por el cambio de gobierno”, relató el trabajador.

“Hicimos más de diez denuncias penales. Hace dos meses nos juntamos con un inspector de Hidráulica para hacer el final de obra de la primera etapa y nos pidió que hagamos la segunda parte, donde tuvimos conflicto. Se acordó seguirla pero el primer día ya sufrimos nuevamente una amenaza”, explicó Miguel y agregó: “Nos metimos para probar con una máquina y una noche atacaron un obrador y dejaron una carta con amenazas de muerte (foto)”.
Luego de varias reuniones de las que participaron distintos funcionarios municipales, provinciales y personal policial se acordó disponer de un operativo especial para garantizar seguridad a los trabajadores.
Las autoridades aseguran tener identificado al autor de las amenazas. Todos los mensajes que rechazan la obra se basan en argumentos ambientalistas y manifiestan que la obra destruye el ecosistema del arroyo. Sin embargo, los trabajadores aseguran que el afluente está muy contaminado. “En ese arroyo hemos sacados toneladas de barro podrido, mezclado con materia fecal. Para mi este vecino no es el único responsable”, señaló Miguel.
Y agregó: “Yo creo que lo ambiental puede ser un cartel y los motivos son otros. En esa zona hay casas lujosas con grandes parques que dan al arroyo. A pesar de que la obra busca afectar lo menos posible a los vecinos, parece que algunos sienten que los invadimos”.

Por otra parte, el entrevistado contó que varias casas de la zona “tienen desagües cloacales directos al arroyo, lo que es totalmente ilegal y con la obra serán todos tapados”, y continuó: “Algo similar había sucedido en la primera parte de la obra donde hay casas más precarias pero se dialogó con los vecinos y se pudo llegar a un acuerdo. La empresa incluso estaba dispuesta a hacer el pozo a quienes no pudiesen pagarlo”.
“Para hacer la obra hay que mover los alambrados de las viviendas pero una vez finalizada pueden volver al mismo lugar. Quizás no quieren ser molestados, pero la verdad que no tiene mucha lógica este conflicto. No se entiende por qué ni siquiera quieren dialogar”, concluyó el trabajador.