Nicolás Castillo es Teniente de Corbeta en la Armada Argentina y está destinado en la corbeta ARA “Spiro” con asiento en Puerto Belgrano. Durante los meses de verano estuvo de comisión en la Antártida en la función de Ayudante del Jefe de Operaciones en el aviso polar ARA “Estrecho de San Carlos”.
Es la primera vez que Nicolás Castillo, Teniente de Corbeta destinado en la corbeta ARA “Spiro”, pisa suelo antártico; y la experiencia en los hielos lo sorprendió: “La Antártida es como un botón de aprendizaje; fue una buena experiencia tanto profesional como personal porque aprendí mucho tanto de prácticas en navegación como de camaradería y compañerismo”, destacó.
El aviso ARA “Estrecho de San Carlos” participó en la última Campaña Antártida de Verano (CAV 2016-2017) zarpando de la Base Naval Puerto Belgrano el 26 de enero y regresando allí el 17 de marzo pasado. La campaña se extendió unos cien días durante los cuales el “San Carlos” se sumó a la actividad de otras unidades desplegadas en el continente blanco para garantizar el desarrollo del aprovisionamiento logístico, transporte de personal y material y salvaguarda de la vida humana en los mares antárticos.
“Estoy muy contento con este viaje porque la experiencia contribuyó a enriquecer mi carrera profesional y me va a ayudar para futuros desafíos. Estuvimos casi dos meses juntos, compartiendo el día a día en la Antártida, donde se afianza la confianza en las relaciones”, reforzó el Teniente Castillo a su regreso.
Cumpliendo con las actividades programadas, el “San Carlos” operó junto al transporte ARA “Bahía San Blas”, los avisos ARA “Puerto Argentino” y ARA “Islas Malvinas”. En la Antártida, el buque polar desarrolló sus actividades logísticas y de reaprovisionamiento en las bases permanentes Carlini, San Martín, Esperanza, Decepción y Orcadas; y en la base temporaria Brown.
Como Ayudante del Jefe de Operaciones, el Teniente Castillo estuvo abocado a la tarea de planificar la hoja de ruta hacia el continente blanco y al arribar a las bases antárticas realizó tareas de carga y descarga de materiales y víveres. Su especialidad es en Armas Submarinas (aquellos encargados del control del ambiente antisubmarino). En su destino actual, la “Spiro” tiene a cargo el material naval y se dedica a las tareas marineras del buque: amarras, mantenimiento del casco y de su superestructura.
“A la Antártida volvería, seguro”, afirmó Nicolás, ya que partió con la expectativa de aprender de “un lugar exclusivo” –tal como nombró a la Antártida– y regresó satisfecho de lo vivido. Entre sus anécdotas, contó sobre la madrugada que se encontró con un campo de hielo a la vista: “Un día durante la navegación me levanto a tomar la guardia, salíamos de la base San Martín hacia Decepción, y veo que todo el mar estaba cubierto de hielos, eran gigantes; fue algo que llamó mi atención porque de un momento a otro había cambiado el panorama; así como ocurre con la meteorología, había buena visibilidad y, de repente, neblina, bruma y viento”.
Un marino de City Bell
Nacido en City Bell, La Plata, hace 26 años, Nicolás siempre simpatizó con el mar. “A la Armada ingresé en el 2008 aunque no tengo familiares ni allegados en la Institución, siempre sentí un llamado por el mar y la vida militar”, confesó Nicolás.
“Tenía mucha curiosidad y cuando averigüé sobre la carrera en el 2007 empecé a preparar el ingreso a la Escuela Naval Militar en una academia que estaba en Quilmes”, relató. Durante ese año, que coincidió con el último año de su secundario, iba a la academia 4 veces a la semana.
Su papá siempre tuvo admiración por la Marina, dijo, “es así que desde el momento en que yo decidí hacer la carrera mis padres me apoyaron, además les costó mucho esfuerzo mandarme a esa academia porque era costosa pero sabían que era un buen futuro entrar a la Armada”, explicó.
Sus papás continúan viviendo en La Plata, actualmente están divorciados. “Mi padre es empleado de comercio y mi madre, maestra jardinera; y tengo un hermano de 23 años que estudia geología. De La Plata, los extraño a ellos, a mis abuelos y mi mejor amigo Matías”, contó.
De chico jugaba al fútbol y en la ESNM hizo yudo. Fue a la escuela primaria “San Blas” y en la secundaria a la “Fray Mamerto Esquiú”. Hoy vive en Bahía Blanca, ciudad al sur de la provincia de Buenos Aires y cercana a Punta Alta y Puerto Belgrano; y además de su actividad en la Armada es instructor de fitness.
“Dentro de la Armada me resulta atractiva la aventura de todos los días, porque siempre tenés algo distinto para hacer y para aprender. El régimen de la Escuela Naval te enseña a adaptarte a los cambios y a vivir diferentes situaciones. El primer año fue complicado al dejar la familia, pero después uno ve los logros y las cosas que gana perteneciendo a la Institución”, enfatizó.
El Viaje de Instrucción Naval en la fragata ARA “Libertad” es parte de sus mejores recuerdos, como cuando desfiló 8 kilómetros por la ciudad de Méjico DF en el bicentenario de ese país; y la navegación a bordo de la fragata escuela portuguesa apenas egresó como Guardiamarina.
Pero lo que más le atrae de la Armada son las relaciones humanas que allí se generan: “Las relaciones son super estrechas, donde trabajas codo a codo por un objetivo y eso es lo que más destaco de la carrera naval”. Nicolás Castillo desea seguir capacitándome en Armas Submarinas; perfeccionarse en inglés y “me encantaría vivir la experiencia de participar en una Misión de Paz”, concluyó.
Sobre el buque polar
El aviso polar ARA “Estrecho de San Carlos” se usó para exploración de gas y petróleo en Rusia y fue adquirido por Argentina en diciembre del 2015. Su apostadero natural se encuentra en la Base Naval Puerto Belgrano y su comandante es el Capitán de Corbeta Carlos Alberto Bosque.
Entre sus principales funciones se encuentran las de patrullaje y las de abastecimiento de las bases científicas de la Antártida, así como las de Salvamento Búsqueda y Rescate (SAR); remolque de buques; asistencia a plataformas marítimas; abastecimiento de combustible y agua potable; y asistencia en incendios.