El Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, a través del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia, puso en marcha una campaña de sensibilización para visibilizar y promover la figura de las Familias Solidarias, una modalidad de cuidado temporal para niñas, niños y adolescentes que deben ser separados de su familia de origen por diferentes situaciones de vulnerabilidad.
Durante 2023, más de 160 chicos pasaron por esta experiencia, cifra que se elevó a 219 en 2024. En lo que va de este año, ya son 245 los niños, niñas y adolescentes acogidos bajo este programa.
Desde el ministerio que conduce Andrés “Cuervo” Larroque, se impulsa esta política como parte del fortalecimiento del sistema de cuidados alternativos, buscando entornos seguros y afectivos para garantizar el desarrollo integral de los chicos y chicas, mientras se trabaja para restituir sus derechos y revertir las causas que motivaron la medida de abrigo.
La directora ejecutiva del Organismo de Niñez, Andrea Cáceres, explicó que, si bien el programa creció, “buscamos un aumento mucho mayor de parejas o familias monoparentales que se sumen, para que más chicos tengan esta oportunidad. Por eso, lanzamos una campaña para sensibilizar sobre el tema. Desde la Provincia siempre vamos a fomentar el trabajo en comunidad”.
Una experiencia transformadora
Historias como la de Cecilia, una vecina de La Plata, muestran el impacto del programa. Junto a su esposo y su hijo decidió convertirse en Familia Solidaria. “Invitaría a todos a no perderse esta experiencia, porque significa dar amor y ofrecer una alternativa al cuidado en instituciones”, compartió.
Su primera experiencia fue con un niño de 2 años. “Mucha gente me dice ‘yo no podría, me voy a encariñar’. Y sí, claro que uno se encariña, ¡y está bien! De eso se trata: de darlo todo sabiendo que es temporal, de vivir el presente para ellos, de cuidarlos, quererlos y amarlos, sabiendo que en algún momento se irán”, reflexionó.
¿Qué implica ser Familia Solidaria?
El rol consiste en brindar alojamiento, cuidado personalizado y acompañamiento afectivo durante un tiempo limitado, mientras los equipos técnicos de los Servicios Locales y Zonales realizan el seguimiento y trabajan para garantizar la restitución de derechos.
El programa no tiene fines adoptivos. Para postularse, se debe tener más de 21 años, no estar inscripto en el Registro de Adopción ni tener intención adoptiva. También se requiere no contar con antecedentes penales, denuncias por violencia familiar ni figurar como deudores alimentarios.
Las familias reciben capacitación previa, acompañamiento técnico y el apoyo constante de un equipo profesional que orienta y asiste ante cada duda o desafío.
Quienes deseen participar pueden acercarse al Servicio Local o Zonal de Promoción y Protección de Derechos más cercano a su domicilio.