La semana pasada, el Concejo Deliberante de La Plata sancionó una ordenanza que obliga al municipio a iniciar una política de castraciones masivas, gratuitas, sistemáticas, extendidas, abarcativas y tempranas. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires expresó un rechazo colérico que pretende dejar a las esterilizaciones como práctica exclusiva de los profesionales en el ámbito privado. La misma normativa ya se aprobó en varios municipios del interior. ¿De qué se trata?
La ordenanza regula la forma en que debe realizar el servicio de castraciones para alcanzar el «control poblacional» de perros y gatos. Fue impulsada por la Red de Políticas Públicas y aprobada por los concejales de La Plata en forma unánime. A pesar de haber mostrado un gran consenso, el Colegio de Veterinarios bonaerense tildó a la normativa de “cachivache” y le exigió al intendente que la vete, bajo amenaza de judicializarla.
El punto central de la nueva normativa es que obliga al municipio a castrar por año al menos el 20% del total de perros y gatos que existen en la ciudad. Para ello se debería conformar equipos de esterilización que trabajen en serie, pudiendo utilizar sedes de sociedades intermedias como sociedades de fomento y clubes de barrio.
En diálogo con Todo Provincial, Romina Vittor, integrante de “Castrando La Plata” y voluntaria en Altos San Lorenzo, explicó: “La normativa establece cuántas castraciones debe realizar el municipio y cómo debe hacerlas hasta lograr que todos los perros y gatos de la ciudad tengan un hogar”.
Castraciones masivas: cuántas se necesitan
Por la nueva ordenanza, el municipio deberá castrar al 20 por ciento de la población de perros y gatos por año. Según un índice internacional, en las ciudades con más de 10 mil habitantes existen un perro o un gato cada dos personas. En base a ese cálculo, en La Plata habría unos 400 mil perros o gatos.
Con la nueva ordenanza, el Estado local deberá castrar en forma gratuita unos 300 animales por día. Actualmente se esterilizan apenas 25.
Las campañas de castración deberán ser “extensivas” por lo que deberán alcanzar a todas las localidades de la ciudad. También tendrán que ser “abarcativas”, es decir que no pude haber limitaciones por raza o tamaño del animal siempre que se encuentre saludable. “Se pueden hacer castraciones a perras preñadas o en celo”, aseguró Vittor.
Además tendrá que ser una política “sistemática” por lo que no los operativos no podrán interrumpirse sino que debe haber operativos continuos. Otra condición es que las castraciones deberán ser tempranas, desde los 4 meses de edad de los animales.
“Actualmente en La Plata solo se castra en la dirección de Zoonosis ubicada en el Bosque y en la dirección de Bienestar Animal que está en Tolosa. Ahora, el municipio tendrá que descentralizar el servicio para eso, se podrán hacer castraciones en sedes de entidades intermedias clubes o en quirófanos móviles”, apuntó la vecina.
Trabajar con «división de tareas»
En cuanto a la modalidad de las cirugías, Vittor explicó: “Lo ideal es que se utilice una metodología de campaña, con división de tareas para castrar la mayor cantidad de animales posible. Actualmente eso no está estipulado”.
De acuerdo a los profesionales que integran la Red de Políticas Públicas para poder castrar unos 50 animales por día se necesita un equipo conformado por un cirujano veterinario y tres asistentes de apoyo.
De este modo, con seis veterinarios y 18 asistentes, La Plata podría alcanzar el objetivo de 300 esterilizaciones por día. Actualmente, la Dirección de Zoonosis cuenta con 17 veterinarios.
Una ordenanza que gana terreno
En el último tiempo, ordenanzas de castraciones masivas similares a esta fueron aprobadas en distintos municipios como Presidente Perón, Coronel Dorrego, Coronel Suárez, Carlos Casares, General Lamadrid. La ciudad modelo es Almirante Brown donde esta política se aplica desde hace 25 años.
El Colegio de Veterinarios tuvo una reacción corporativa y con argumentos poco claros tildó a la iniciativa como “improvisada, digitada y sin sustento científico ni técnico”. También la calificó de “intolerable y agraviante hacia la profesión veterinaria”.
Aunque públicamente el organismo profesional se manifiesta a favor de las castraciones masivas, en realidad pretende que los municipios continúen realizando operativos públicos enfocados únicamente las poblaciones de menores recursos. Esta respuesta iracunda contra la normativa tiene, en forma implícita, la intención de que las esterilizaciones de perros y gatos se mantengan como una práctica profesional que debe realizarse en el ámbito privado.
“En los municipios en los que la normativa se aplica, los veterinarios no vieron mermada su actividad sino todo lo contrario. La gente entiende que para tener un animal necesita llevarlo al veterinario”, aseguró Vittor y destacó: “La ordenanza va en favor de la salud pública y tiene sustento teórico y público”.
Nestor
13 septiembre, 2021 at 10:52 pm
Cuando desaparezcan los gatos, las ratas se multiplicarán y esparcirán enfermedades como pasó en la Edad Media.
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