El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, habló con Todo Provincial sobre la crisis que atraviesa el sistema de salud público y la seguridad social a partir del incremento en los costos, agravado por la devaluación, la caída de los salarios y el desfinanciamiento nacional.
“Hay un problema macroeconómico. El sistema de salud es complejo e inflacionario estructuralmente porque constantemente aumenta la tecnología y es cada vez más costosa”, explicó el funcionario.
Y advirtió: “Ahora, hay un gran descalabro económico provocado, violento y sin planificación que se suma a un abandono en las funciones que hasta hace poco cumplía el Estado nacional en medicamentos, financiamiento y planificación”.
“Además hay una caída del salario real muy fuerte que disminuye el aporte que se realiza para obras sociales por lo que todas tienen menos recaudación”, aseguró Kreplak.
Por otra parte, el ministro mencionó el grave impacto que tuvo la devaluación del 118% sobre el sistema de salud que tiene una gran cantidad de componentes dolarizados.
“Esto afecta a municipios, provincias, obras sociales y sector privado”, advirtió Nicolás Kreplak y agregó: “Si uno le pregunta al dueño de una clínica cómo le está yendo, te dice que mal, que se está por fundir”.
En ese contexto, el ministro de Salud bonaerense consideró que “hay que trabajar mucho más articulados e integrados que nunca y ser mucho más eficientes con los recursos”.
“Somos el último dique para garantizar el derecho a la salud de la gente”, advirtió Kreplak en referencia a la salud pública “incluída la seguridad social” que “ahora el gobierno pretende descremar sacándole la parte rentable para llevarla al negocio de la salud”.
“La situación venía compleja pero funcionado. La provincia de Buenos Aires tiene un enorme sistema de salud con atención en todos los pueblos, algo que no sucede en todos los países. Estamos sufriendo un ataque gigante”, apuntó Kreplak.
De todos modos, el funcionario consideró que en una economía recesiva “no habrá ganadores”, aunque las prepagas buscarán mantener sus ganancias quedándose con “una parte más rentable pero más pequeña del sistema”.