El próximo jueves 17 de julio, Tornquist será sede de una jornada sobre caza plaguicida de jabalí, en un contexto de creciente alarma por la expansión descontrolada de esta especie invasora en el sudoeste bonaerense. La actividad se desarrollará en la Biblioteca Popular Ernesto Tornquist y estará dirigida a productores, técnicos, instituciones y vecinos en general.
La jornada brindará herramientas prácticas y actualizaciones normativas sobre esta forma de control poblacional, en un marco que integre legislación vigente, gestión ambiental y producción local. Participarán también representantes de las policías rurales, responsables de fiscalizar el cumplimiento de las nuevas disposiciones.
La preocupación por el avance del jabalí es compartida en distintos distritos de la provincia. En diálogo con Radio Altos, Víctor Antón, secretario de Ambiente y Desarrollo Productivo de Tornquist, advirtió: “Es un animal muy potente que rompe alambrados, que no tiene depredadores, que come todo a su paso y que causa muchos destrozos”. Además, mencionó el riesgo sanitario por la posible transmisión de triquinosis.
Hace un mes, la provincia de Buenos Aires habilitó la caza plaguicida del jabalí en todo su territorio, sin necesidad de adhesión por parte de los municipios, salvo en zonas urbanas, periurbanas o áreas protegidas. Así se explicó en una reciente reunión realizada en Olavarría, organizada por el Ministerio de Desarrollo Agrario con participación de municipios como Azul, Tapalqué, Benito Juárez, Laprida, General Lamadrid, Bolívar, Ayacucho, Rauch, Tandil, Las Flores, Pila y el propio Tornquist.
En diálogo con Todo Provincial, el investigador y guardaparque Bruno Carpinetti, especialista en la expansión del cerdo asilvestrado, explicó que la nueva disposición se enmarca en el Código Rural y apunta a la caza de control, no recreativa ni deportiva, con el objetivo de mitigar los daños ambientales, productivos y sanitarios.
Carpinetti destacó que esta norma “saca a la gente de la ilegalidad” y permite a los productores contar con un respaldo legal ante ataques a sus cultivos. “Antes se condenaba al que quería actuar bien a hacerlo en un limbo normativo”, subrayó.
Para cazar legalmente se requiere tramitar dos permisos: uno es el permiso de caza plaguicida vía web, que exige certificado psicofísico y pago de una tasa mínima (exento para propietarios o arrendatarios), y otro, una autorización firmada del dueño o administrador del campo. No está permitida la caza en caminos ni espacios públicos.
El especialista también alertó que la expansión del jabalí se relaciona con el despoblamiento rural y el aumento de recursos alimenticios, así como con traslados intencionales de animales durante años para criarlos o usarlos en cotos de caza. “No hay país que haya logrado erradicarlo completamente; lo que se puede hacer es mitigar sus efectos”, afirmó.
Además, Carpinetti mencionó el potencial económico de la carne del jabalí, como sucede en otros países que la utilizan para balanceados, harina de carne o incluso exportación.
La jornada en Tornquist se suma a un proceso de coordinación entre municipios, fuerzas de seguridad, universidades y especialistas para abordar una problemática que dejó de ser solo rural para convertirse en una cuestión estratégica ambiental y de salud pública.