El can falleció hace unos días y vecinos ya elevaron un pedido formal al Municipio para inmortalizar su memoria mediante una estatua. La historia:
No cabe duda que si existe un animal fiel y compañero, ese es el perro, con el que más rápido el ser humano conecta emocional e intelectualmente. Es por esto que la partida de «Pipo«, pegó hondo en los vecinos de Tres Arroyos.
Pipo era amigo de todos, tal como lo describen quienes hoy lo lloran. En la localidad bonaerense hay cientos de perros callejeros, pero él era especial. «Era feliz cuando se daba chapuzones en la fuente frente a la Municipalidad», rescatan algunos.
Por fortuna una familia lo adoptó, pero él seguía siendo parte de la comunidad.
El pasado 14 de junio el can fue encontrado sin vida, y por su edad, indicaron que su corazón dejó de funcionar. Esto generó tristeza en los diferentes hogares del distrito, por lo que tuvieron una fantástica idea.
Mediante un pedido formal, se elevó una carta al Municipio tresarroyense solicitando un espacio para la realización de un monumento a «Pipo».
Como la recordada historia del mítico perro japonés Hachik, que incluso llegó al cine en año 2009, el perrito que se robó los corazones de la localidad bonaerense va camino a quedar inmortalizado.
«Te voy a extrañar toda mi vida pipo. Tengo el corazón roto pero me alivia saber que conmigo fuiste muy muy feliz», fue uno de los mensajes en redes sociales (@antoismael_).
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El can falleció hace unos días y vecinos ya elevaron un pedido formal al Municipio para inmortalizar su memoria mediante una estatua.