La localidad bonaerense de 9 de Julio vivió este lunes una jornada de alta tensión cuando un grupo de productores agropecuarios, transportistas y vecinos se movilizó al Palacio Municipal para exigir soluciones a la crisis hídrica que mantiene anegados los campos y cortados los caminos rurales desde hace siete meses. La protesta incluyó quema de cubiertas y tablones en la puerta del edificio.
En medio de los incidentes, un manifestante logró ingresar hasta el despacho del Secretario de Gobierno para pedir obras de emergencia que permitan la salida de la producción agrícola y el drenaje de los sectores rurales.
La manifestación, que comenzó de manera pacífica, estalló tras la acumulación de reclamos sin respuesta. En un video que se viralizó, el productor Pedro Marra se enfrentó a un funcionario con un grito desesperado: «¡NO JUEGUEN CON LA VIDA DE LOS HUMANOS!».
Otro de los momentos de mayor tensión ocurrió dentro de la municipalidad, cuando un productor, ofuscado por la falta de medidas, lanzó: «Les pido con respeto que se vayan a la mierda».
Denuncia penal y paro municipal
La crisis de gestión en 9 de Julio se agrava con varios frentes abiertos. La intendenta María José Gentile enfrenta una denuncia penal por estrago por inundación e incumplimiento de los deberes de funcionario público en el marco de su rol en el Comité de Cuenca del río Salado.
En paralelo, los trabajadores municipales iniciaron un paro de 72 horas por reclamos salariales, lo que deja a la administración en una situación de virtual parálisis frente al conflicto social.
Qué reclaman los productores inundados de 9 de Julio
Los productores y vecinos plantearon tres demandas concretas:
Reparación y saneamiento urgente de los caminos rurales.
Drenajes y obras para evitar que campos y vías queden anegados.
Respuestas rápidas que permitan sacar la producción de los distritos afectados.
Los organizadores advirtieron que, de no obtener compromisos concretos, las protestas continuarán hasta que se inicien las obras necesarias. La crisis afecta no solo a Carlos María Naón, sino también a La Niña, French y Morea, donde la producción permanece atrapada por el agua.