Sobrevivió a la dictadura, declaró en más de 35 juicios a lo largo de toda la democracia, entre ellos el juicio a Etchecolatz quien fuera paradójicamente amigo de su padre. Hoy continúa militando, y en diálogo con Todo Provincial afirmó: “Confío plenamente en el pueblo argentino y la Corte va a tener que dar marcha atrás”.
Walter Docters había elegido la carrera de policía como su padre. Tenía 18 años cuando ingresó a la fuerza. A su vez, militaba en el PRT y los inconvenientes se presentaron cuando al poco tiempo se abocó a la tarea de buscar a Osvaldo Busetto, un compañero que “había caído”. Estaba en eso, cuando lo secuestraron. Estuvo preso desde el ‘76 hasta el ‘83. Sufrió la tortura y el cauterio en varios centros de detención como el Pozo de Arana, el de Banfield y Quilmes.
Con el advenimiento de la democracia prosiguió militando por los Derechos Humanos como integrante de la Asociación Nacional de Ex Presos Políticos. Declaró en más de 35 juicios, entre ellos el Juicio a las Juntas, y contra Ramón Camps en La Plata. También en numerosos juicios emprendidos por familiares de desaparecidos y contra el represor Miguel Etchecolatz, quien paradójicamente había sido amigo personal de su padre.
Walter Docters además escribió un libro: “Arana, centro de tortura y exterminio”, porque entendió que “mucha gente asociaba a los centros con los campos de concentración nazi”. “Tenían esa idea, me pareció importante relatar cómo era Arana, porque fue un centro de tortura y exterminio, que tuvo una particularidad: en la zona de La Plata fue el primer centro donde el equipo de antropología forense encontró restos humanos”, dijo.
En ese punto en tanto destacó: “Cuando declaramos con Julio López, decíamos que tenía que haber restos humanos, pero al principio los juzgados no nos daban importancia”, hasta que después vinieron los juicios masivos y se dieron todas estas condenas.
Hoy, enfrentado con el fallo de la Corte Suprema de Justica que otorgó el beneficio del 2×1 a un preso por delitos de lesa humanidad, dice que la convocatoria de los organismos de Derechos Humanos en su repudio “debe ser masiva”, y que “confía en el pueblo argentino, que siempre ha podido sortear todos los obstáculos que se han puesto en estos años como las leyes de punto final, obediencia debida y los indultos».
“Esto también lo va a saber sortear. Lo importante es que sea una movilización masiva. El repudio debe ser masivo. Más del 85% del pueblo está en contra de caminar con los genocidas en la calle”, recalcó y agregó: “Creo que hay que estar, hay que ir pacíficamente, expresarse, repudiar y decir que no estamos de acuerdo con que los genocidas, que fueron legalmente juzgados con todos los derechos constitucionales, estén en libertad o estén en sus casas”.
En tanto fue categórico al definir la posición del gobierno de Mauricio Macri en este escenario como “una actitud dual” y señaló: “Es una actitud que ha alentado este tipo de cosas, con toda la campaña que ha hecho contra los derechos humanos: que son un curro, que los desaparecidos no eran 30 mil. También este gobierno incitó a que familiares de represores tengan los mismos o más derechos que los familiares y las víctimas desaparecidas”.
“Pero ahora en un año electoral, con el 85% de opinión en contra trata de montarse a la ola y repudiarlo también y desvincularse del poder judicial”, prosiguió. “Ahora es independiente, pero da la casualidad que los dos jueces que puso el gobierno por decreto, más la jueza con la que se negoció su estadía en la Corte que ya tenía edad de jubilarse, fueron los que votaron a favor.Es toda una casualidad”, sentenció. En tanto sostuvo que en Argentina “el Poder Judicial nunca fue independiente. Siempre se acomodó a los vaivenes de la política de turno”.
Pero Walter Docters se mostró optimista sobre el curso de los acontecimientos y remarcó: “No tengo la menor duda que va a haber marcha atrás en el fallo de la Corte. Tengo plena confianza en el pueblo y creo que el pueblo no va a permitir que esto siga adelante”. “No tengo la menor duda. Le encontraremos la forma, una de ellas es sacar adelante la ley que diga que todos los genocidas condenados por delitos de lesa humanidad no pueden acogerse a leyes que los beneficia como el 2×1. Será esa o será otra la manera”, concluyó.