El presidente de la Confederación Cooperar, Ariel Guarco, asume el liderazgo de la Alianza Cooperativa Internacional, que reúne a 305 organizaciones de 105 países. Unas mil millones de personas están vinculadas a este movimiento.
Un argentino lidera desde este viernes 17 de noviembre a mil millones de personas de todo el mundo, un hito en la historia del cooperativismo pero también un dato central para el posicionamiento internacional de nuestro país, que ya catapultó al jefe de la Iglesia Católica y que presidirá el año que viene G20.
Ariel Guarco, presidente de la Cooperativa Eléctrica de Coronel Pringles, Provincia de Buenos Aires, llegó al cargo más alto del movimiento cooperativo a escala global, donde la comunidad internacional ratificó la potencialidad y la trayectoria de un sector que en Argentina tiene más de un siglo de desarrollo en casi todas las ramas de la producción y los servicios.
La Confederación Cooperativa de la República Argentina, que agrupa a 72 federaciones representativas de gran parte de ese universo, llevó adelante la postulación de Guarco, quien ejerce desde 2011 la presidencia de esta entidad de tercer grado, donde es delegado de la federación bonaerense de cooperativas eléctricas (Fedecoba).
El mandato internacional, que dura cuatro años, tiene además el respaldo de todos los asociados argentinos a la Alianza. Estos son el Grupo Asegurador La Segunda, el Grupo Sancor Seguros, el Banco Credicoop, Agricultores Federados Argentinos (AFA), la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC), la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE), el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), la cooperativa de telecomunicaciones Colsecor y la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT).
Guarco integra el Consejo Directivo Mundial de la Alianza Cooperativa Internacional desde 2013 y, hace dos años, había cosechado más de 200 votos. En esta oportunidad, fue proclamado por los más de mil delegados de diversos países en la asamblea general realizada en la Kuala Lumpur, capital de Malasia, luego de que declinara su postulación el contendiente Yogeshwar Krishna, de la República de Fiyi. Es la primera vez que un argentino accede a ese cargo y la segunda vez que lo hace un sudamericano, en 122 años de historia.
«Es un honor que mis pares de otros países me den esta oportunidad. Sin lugar a dudas es un momento histórico para el cooperativismo argentino y una posibilidad única que tenemos para demostrar, entre todos, que este movimiento está a la altura de los principales desafíos globales», expresó minutos después de asumir el cargo.
Además de optimizar los mecanismos de participación de los miembros de la Alianza, el ahora líder de la máxima instancia de organización del cooperativismo en el mundo se propone fortalecer la vinculación del Consejo Directivo con las bases del movimiento y posicionarlo ante otros organismos internacionales.
Desde la base
Ariel Guarco nació en Coronel Pringles, Provincia de Buenos Aires, donde desde chico se vio involucrado en la cooperativa eléctrica dado que su madre trabaja hace muchos años allí. En su juventud comenzó a participar de diversas instancias de la empresa, cuyos dirigentes más antiguos le abrieron camino gracias a su dedicación y compromiso.
Entrados los años 2000, llegó a ejercer la presidencia, desde donde renovó la dinámica de gestión de la cooperativa y profundizó su participación en la federación bonaerense Fedecoba. En esta entidad de segundo grado también supo ganarse un lugar y alcanzó el cargo presidencial, merced al esfuerzo demostrado en pos de la integración sectorial y regional.
En coherencia con esa trayectoria, llevó su militancia cooperativa a la Confederación Cooperativa de la República Argentina, organización nacional que nuclea al sector en sus heterogéneas ramas de actividad y en toda su diversidad territorial.
Desde 2011, trabajó codo a codo en la conducción de esta institución junto a dirigentes de otras procedencias y ayudó a fortalecer los vínculos hacia otras expresiones de la economía solidaria como el mutualismo y también a tejer alianzas estratégicas con el Estado en sus diferentes niveles.
Al iniciar su mandato, además, recogió el legado de anteriores líderes de esta confederación cincuentenaria y alentó la inserción del cooperativismo argentino en el plano internacional, convencido de la potencialidad de llevar la experiencia nacional a otras latitudes pero también de aprender de los intercambios con otros países y, sobre todo, de contribuir a la constitución de un sujeto fuerte capaz de posicionarse de lleno en el diálogo global.
Por eso, y dada la coincidencia plena con este diagnóstico mostrada por el resto de la dirigencia nacional, Cooperar y las demás socias argentinas de la Alianza decidieron apostar a poner en la presidencia de esa organización a un auténtico cooperativista.
Capacidad de liderazgo, voluntad de hacer los cambios necesarios y sobrada experiencia en la gestión son algunas de las credenciales portadas por Ariel Guarco. Las mismas que lo llevaron paso a paso, desde la base, hasta lo más alto del movimiento cooperativo.