En estos días en los que la urgencia por tomarnos unas merecidas vacaciones hacia un destino turístico es cada vez más imperiosa, resulta necesario viajar de manera tranquila para poder desconectar fácilmente la cabeza y dejar las preocupaciones de lado. Para lograr esto, debemos tener en cuenta la importancia de contratar un Seguro de Hogar, de manera que mientras disfrutas de tu descanso también podrás gozar de la tranquilidad que te da el saber que tu casa y electrodomésticos están a salvo.
Cuando comenzamos a planear un viaje con fines de mero disfrute, una alegría inmediata nos invade al pensar e imaginar todas las actividades que podríamos emprender en este destino turístico. Si elegiste playa pensarás en la arena, el mar y el sol, si preferiste montañas te imaginarás escalando o acampando. ¿Pero qué pensarías si supieras que todas estas experiencias se pueden ver arruinadas al saber que te entraron a robar o en tu casa hubo un incendio? Justamente para evitar esto es que debes contratar un seguro.
Si ya planeaste tus vacaciones y te preguntas constantemente “¿Me conviene asegurar mi casa?”, la respuesta es extremadamente simple: Sí, para tu tranquilidad es obligatorio que todo esté asegurado. La obligación de la cual hablamos no sólo se refiere a la paz mental que te genera el hecho de saber que tu casa está cubierta, sino que, además, tienes la opción de contratar estos Seguros de Hogar a muy bajo costo.

¿Qué acontecimientos cubre el seguro?
Antes de adquirir un Seguro de Hogar, debemos solicitar la atención de un empleado de la empresa aseguradora para que pueda cotizar seguro de hogar correctamente. Luego de esto tendremos que consultar qué tipos de daños cubre la póliza para adquirir la mejor posible y estar cubiertos ante la mayor cantidad de accidentes/desgracias que podamos. Por lo pronto, las mejores aseguradoras deberán contar al menos con estas opciones:
Incendio de edificio: Daños de tipo material causados por fuego, explosión o desastres naturales.
Incendio de contenido general: Daños producto de un incendio al contenido que tengas dentro de tu casa, como: muebles, ropa, etc.
Robo de contenido general: Robo de los bienes muebles que se encuentren dentro de tu casa, como: muebles, electrodomésticos, etc.
Todo riesgo electrodomésticos: Pérdida o daño de aparatos y equipos electrónicos que tengas en tu casa producto de un incendio, robo/hurto o accidente. Por ejemplo: Televisores, PC, etc.
Daños a propiedad de terceros: Estás protegido frente a terceros por la responsabilidad civil a causa de un incendio y/o explosión en tu casa.
Gastos de limpieza, retiro de escombros y gastos de alojamiento: Están cubiertos los gastos de limpieza y retiro de escombros después de un incendio. También están cubiertos los gastos de hospedaje en caso de que tu casa sea inhabitable.
Rotura de cristales verticales: Daños a cristales, vidrios, espejos, instalados en posición vertical, por su rotura o rajadura.
Daños al edificio por robo: Cubre los daños que se produzcan en tu casa por robo (daños a puertas, ventanas, etc.).
Daños por agua al contenido: Daño directo por agua al contenido de tu casa por la rotura o desperfecto de cañerías, tanques o bombas.
¿Cómo cotizan las aseguradoras?
Hoy en día ya no es necesaria la visita de un profesional para cotizar seguro de hogar como se acostumbraba en otras épocas, sino que todo se hace de manera virtual. Para realizar una cotización adecuada, deberás brindarle al empleado de la aseguradora los datos relativos al riesgo que quieres asegurar, para que el mediador evalúe la póliza propuesta por ti. Estos datos pueden incluir: metros cuadrados de superficie, año de construcción, etc.
Para concluir…
Si después de leer este artículo todavía te sigues preguntando “¿Debo asegurar mi casa?”, debemos remarcarte la importancia de hacerlo ya que te dará un descanso mucho más placentero el hecho de saber que, pase lo que pase en tu hogar, todo está resguardado y no tendrás que pagar por nada que haya sido dañado o robado. Además, si lo consideras desde el punto de vista económico, deberías saber que siempre te saldrá mucho más rentable pagarle una pequeña cuota a la aseguradora antes que tener que comprar un televisor o, en el peor de los casos, tener que remodelar tu casa o pagarles los daños a terceros. Dicho todo esto, cabe agregar que la tranquilidad total no tiene precio.