A partir del 1 de noviembre, la industria frigorífica deberá comenzar a distribuir la carne vacuna troceada en cuarto trasero, delantero y parrillero, marcando el fin de la media res. El presidente del Consorcio ABC, Mario Ravettino, habló con Todo Provincial y aseguró que está medida implicará «mejor precio, calidad e inocuidad».
El primero de noviembre debería entrar en vigencia la Resolución Conjunta 4/2021 de los ministerios de Agricultura, Trabajo y Desarrollo Productivo que establece el fin de la distribución de carnes en medias reses para pasar a una por «trozos anatómicos de menor peso». La medida busca «cuidar la salud de los trabajadores que pasarán de cargar pesos de hasta 120 kilos a 32 kilos y dar un salto de calidad en relación a la inocuidad y seguridad sanitaria”,
Todo Provincial RADIO entrevistó a Mario Ravettino, presidente del Consorcio ABC que nuclea a los principales frigoríficos exportadores del país, quien defendió este cambio histórico para la industria.
«Se abondonará este sistema tan arcaico de la industria frigorífica que es la media res al hombro por un paso intermedio que es el troceo. La misma media res se distribuirá en las carnicerías ya troceada en cuarto trasero, delantero y parrillero«, explicó Ravettino y adelantó: «En un futuro se apuntará a la comercialización por corte».
El titular del Consorcio ABC destacó que el troceo «implicará un gran beneficio para los consumidores porque recibirá un producto con más calidad y a un precio más bajo».
Además, subrayó que «será un beneficio para los trabajadores que ya no tendrán que cargar entre 90 y 100 media reses por día que pesan unos 80 kilos cada una como mínimo, generándole lesiones irreversibles a una edad joven».
Por qué el fin de la media res haría «bajar el precio de la carne»
Mario Ravettino explicó que actualmente «el carnicero de un barrio humilde que recibe la media res entera no puede vender al precio que vale los cortes caros como el lomo, el peceto o el cuadril y para compensar debe subir el precio de los cortes populares como el asado, la aguja, el brazuelo y la carne de olla«, y aseguró: «El consumidor del barrio humilde paga más caros los cortes que consume que el consumidor del barrio pudiente».
En esta línea, destacó que con el nuevo sistema «el carnicero podrá pedir solo los cortes que vende», y graficó: «Las carnicerías de barrios humildes pedirán dos cuartos delanteros, dos parrilleros y un solo cuarto tracero. En cambio, el del barrio pudiente lo hará al revés».
«Actualmente, el carnicero tiene que pagar toda la media res y por eso tiene que integrar el precio«, señaló el entrevistado y apuntó: «En los barrios más pudientes los cortes populares terminan siendo usados para alimentar a las mascotas cuando están haciendo mucha falta en este momento tan difícil del país».
Las diferencias en los tipos de consumo de carne por barrios generó la existencia de «los lomeros», personas que recorren las carnicerías de lugares humildes comprando los cortes más caros para venderlos en restuarantes y hoteles. «Seguramente ellos no estarán contentos con esta medida pero hay que pensar en la gran mayoría», aseguró Revettino.
«Precio, calidad e inocuidad»
El representante de los frigoríficos exportadores subrayó que el fin de la media res además permitirá mejorar la «calidad y la inocuidad» de la carne como producto final. «Ahora la media res se pega con otra media res, con el piso del camión cuando baja, con el cuerpo del trabajador y eso genera contaminación cruzada en un producto altamente perecedero como la carne», expresó.
Consultado sobre los reparos puestos por algunos frigoríficos dedicados al mercado interno por los requerimientos de inversión que demanda el nuevo sistema, Revettino aseguró: «Para trocear la carne se necesita un espacio con dos sierras automáticos, dos palcos, una balanza, una etiquetadora y dos personas. Eso actualmente cuesta un millón 700 mil pesos, mientras que una jaula de hacienda cuesta 4 millones de pesos. El empresario frigorífico que diga que no tiene para hacer la inversión no puede estar en este negocio».
Y agregó: «Si una fábrica tiene problemas de frío, que las hay, no tiene nada que ver con el cuarteo porque la resolución sanitaria establece que la carne debe salir del frigorífico a 7 grados, por lo que si no cumple ya está en infracción actualmente».
¿El final de las carnicerías?
El presidente del Consorcio ABC asegura que este es sólo el primer paso y que finalmente se debe llegar a la distribución de carne por cortes. Consultado sobre si este sistema no implicaría el fin de las carnicerías, aseguró: «No hará que desaparezca el carnicero, aunque el oficio cambiará. El carnicero con el delantal manchado de sangre y un trapo al hombro no existirá más, sino que tendrá una góndola para cada tipo de carne. Pero seguirá estando porque deberá explicar qué tipo de carne está vendiendo».
Por otra parte, Revettino consideró que la distribución en trozos «facilitará la intervención del Estado en la cadena», y puso como ejemplo su adopción en Uruguay. «Ellos necesitaban ofrecer más carne a su población y el gobierno decidió suspender la exportación de asado por dos meses y le sacó el IVA. En dos meses se triplicó la venta de asado y solucionó el problema. Acá como viene todo junto no se pueden tomar medidas como estas», explicó.
Además, consideró que generará incentivios a los productores bovinos. «Esto permitirá dar mayor previsibilidad. Con un sistema más eficiente habría un 20% del valor de la media res que se recuperaría. Eso es mayor poder de compra para el sector industrial que redundará en mayor precio de la hacienda y más incentivo para que el productor haga más vacas», concluyó.