«Me voy a matar, llamá a la policía», gritó Claudio Ariel Peralta al ingresar en un kiosco mientras apretaba su garganta con un cuchillo. No se trata de un vecino cualquiera sino del único imputado en la causa por la venta trucha de terrenos en Olavarría, un escándalo de corrupción que involucra a varios funcionarios del gabinete del intendente, Ezequiel Galli. Luego de varias horas, el hombre desistió de su actitud.
Minutos antes de las 16 horas, Peralta ingresó a un kiosco ubicado en Avenida Urquiza y Rufino Fal. Según relató la dueña del local a Todo Provincial, el hombre cerró la puerta del local, extrajo un cuchillo de su bolsillo y se lo apoyó en la garganta. En ese momento le dijo a la empleada que llamase a la policía bajo amenaza de suicido.
Durante las casi cuatro horas que permaneció en el comercio, el hombre solicitó constantemente la presencia de un fiscal, el intendente Ezequiel Galli y los medios.
El jefe comunal y el fiscal de turno nunca se apersonaron en el lugar y los efectivos policiales montaron un operativo que incluyó la prohibición del acercamiento de periodistas. Pasadas las 19 horas, se entregó sin haber logrado ninguna de sus exigencias.
Así se entregó Claudio Peralta luego de estar casi 4 horas atrincherado en un kiosco. El imputado por la causa de los terrenos pidió hablar con el fiscal o el intendente, ninguno se acercó. #Olavarriapic.twitter.com/7SLDezTXLM
Claudio Peralta y la causa de los terrenos truchos
Claudio Peralta está acusado de la venta de al menos 100 terrenos sin papeles. El hombre de 32 años los ofrecía asegurando que eran lotes municipales a los que accedía por sus fluidos contactos con funcionarios locales. Muchos de los compradores construyeron sus viviendas en estos lotes aunque jamás podrán escriturar. A otros les vendieron lotes que ya tenían dueño por lo que directamente fueron estafados.
Desde el municipio expresaron que se trata de una estafa de un particular. Sin embargo, Peralta dijo actuar bajo órdenes de Mariano Ciancio, un dirigente barrial que se sumó a la gestión del intendente Ezequiel Galli como Asesor Municipal en la secretaría de Desarrollo Humano y Calidad de Vida que conduce Diego Robbiani.
Los terrenos vendidos no eran elegidos al azar sino que se trataba de tierras fiscales o con fuertes deudas impositivas. Esta información unicamente puede obtenerse en la oficina de Catastro. Ciancio luego fue separado de su cargo. La causa judicial avanzó muy poco, a tal punto que Peralta ni siquiera fue llamado a declarar.
La esposa de Peralta implicó al intendente Galli
Durante el atrincheramiento de Peralta, su esposa, Antonella, habló con medios de comunicación y vinculó la decisión de su marido con la causa terrenos: «Él se quedó sin trabajo, le está pidiendo a su abogado que le de una ayuda, que su abogado Sergio Roldán pueda hablar con los que tienen plata, que serían Galli, Robbiani y Ciancio y ahora le dieron la espalda. Lo llamé a Roldán y me dijo que estaba de vacaciones en Brasil, también se lavó las manos».
«Queremos que terminen las cosas bien, queremos que le den bola de una vez por todas. Él quiere hablar con los medios y que lo escuchen, Galli y los que tienen plata nunca permitieron que hablara», dijo y agregó: «Con mi marido repartíamos boletas de Galli, antes lo buscaban por todo a Claudio, mi marido fue el perejil de Galli, a nosotros nos venía a buscar Mariano Ciancio para repartir mercadería».
Y apuntó: «Él era el perejil, que les servía. La plata que el cobraba yo calculo que se la daba a Robbiani y a Ciancio, la verdad que no lo sé».
La policía reprimió a vecinos y periodistas
Luego de que Peralta se entregó, efecivos del GAD reprimieron con balas de goma a vecinos luego de que algunos de ellos arrojaron piedras a las fuerzas de seguridad.
Producto de la situación, hubo varias personas lastimadas, entre ellos unos cinco periodistas que se encontraban cubriendo los hechos.