Organizaciones ambientalistas de Necochea denunciaron el inicio ilegal de obras en el emblemático Parque Miguel Lillo por parte del Club Villa Díaz Vélez para la construcción de 8 canchas de tenis y un multi espacio con un gimnasio privado.
En diálogo con Todo Provincial, Susana Laborde, presidenta de la “Asociación Civil El Parque No Se Vende”, comentó: “Este proyecto se conoció en septiembre cuando el Concejo Deliberante votó una ordenanza totalmente irregular porque debería cambiar polígono y hacer un nuevo contrato para hacer una concesión de los bienes públicos de la ciudad”.
Esta organización que lucha por la conservación del Parque Miguel Lillo como espacio público para todos los necochenses además sostiene que este proyecto resulta violatorio de la ley provincial 8912 que en su artículo 12 prohíbe el cambio de función de espacios verdes públicos.
La iniciativa es promovida por el Club Villa Díaz Vélez a través del dirigente Guillermo Sánchez, un concejal que responde directamente al intendente local, Arturo Rojas.
A pesar de que no se conoce un proyecto de obra autorizado, en los últimos días comenzaron las tareas de remoción de suelo y deforestación. El club privado pretende construir ocho canchas de tenis y un multiespacio techado para la práctica de actividades deportivas. Las autoridades habían asegurado que no se quitarían árboles, pero ya lo hicieron.
“El club propuso devolver una superficie de árboles y cambiarlas por una parte del vivero municipal. El procedimiento debería haber sido cambiar el polígono y ampliar el donde está el vivero”, cuestionó Laborde.
La presidenta de “El parque no se vende” aseguró que las privatizaciones en el espacio verde de 600 hectáreas es una problemática de muchos años. “El 40% está concesionado, hay más de 50 concesiones y el municipio tiene un área con solo 4 personas para controlarlas”, reprochó.
“Esto viene desde hace décadas, permanentemente quieren ocupar el parque. Hay una gran cantidad de concesiones a más de 30 años que en realidad son privatizaciones encubiertas”, apuntó.
La “Asociación Civil El Parque No Se Vende” reclama que sea anulada la ordenanza que autorizó este cambio de uso de estas tierras públicas y que el Parque Miguel Lillo sea declarado “paisaje protegido”.
“Pedimos una anulación de la ordenanza, no respondieron y ya comenzaron las obras. No hay proyecto aprobado, es una locura total”, criticó su titular y remarcó: “Las audiencias públicas realizadas por el municipio para definir el futuro del parque arrojaron que los necochenses quiere conservar el parque como espacio público”.
Además de las canchas de tenis, existe otro proyecto impulsado por el Club Tiburones para construir dentro del parque un edificio de dos pisos. “Están bancados por una empresa cercana al municipio. Ya se aprobó que se presente el proyecto de obras. En el render se ve que tirarán un árbol gigante que es fundacional del parque Miguel Lillo”, denunció.
Y concluyó: “Este es un tema transversal a los diferentes espacios públicos, todos los intendentes quieren hacer negocios con el parque”.
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