Ya sea en vacaciones de verano, pascuas, vacaciones de invierno o un fin de semana largo, la costa atlántica siempre es uno de los puntos turísticos de Buenos Aires más elegidos para ir a descansar. Más allá de la obviedad del mar, el viento y la arena, cada localidad tiene algo que la diferencia de las demás.
El Mar Argentino ofrece una gran cantidad de atractivos y actividades, sin embargo hay muchas joyas que no son muy conocidas o tenidas en cuenta a la hora de ir a veranear o descansar. Desde restos de naufragios, faros, edificios antiguos y hasta un jardín japonés son algunas de las cosas que se pueden disfrutar a lo largo de la Ruta 11.
Así que si ya tenés marcado en tu calendario tu próxima escapada a la costa o estás a punto de sacar tu pasaje de micro con Rutatlantica, Plusmar o El Águila, antes tené en cuenta estas joyas escondidas para tener una experiencia única y diferente.

Naufragios que se transformaron en historia
Para cualquier navegante no hay nada más trágico, aterrador y traumatizante que un naufragio. Sin embargo, con el paso del tiempo, los restos de aquellos barcos que quedan encallados en la marea baja, le dan un color e historia.
Y por supuesto, la costa argentina no está exenta de tener restos de navíos a lo largo de sus playas. Ya en la primera ciudad balnearia, San Clemente, descansa lo que fue el Her Royal Highness, originario de Canadá. Los días en que las olas no son muy altas, todavía se puede ver parte de su casco.
En 1995, el Buque Brasur de Mar del Plata terminó encallando en Las Toninas. El pesquero quedó a simple vista, volteado a babor. Y más allá del deterioro lógico por el tiempo, todavía es imponente ver cómo las olas rompen en lo que quedó de su estructura.
Mar de Ajó es una de las ciudades balnearias del Partido de la Costa que tiene más restos de naufragios, pero el más impactante sigue siendo el del buque alemán Anna. Si bien se le realizaron dos desagües por el enorme tamaño que tenía, todavía se pueden ver restos de este gigante a metros del faro Punta Médanos.
Las empresas que te llevan a San Clemente, Las Toninas y Mar de Ajó son Rutamar y Rutatlantica.

Los Faros que iluminan la ruta atlántica
Hay una gran cantidad de aficionados por los faros, que incluso suelen hacer largos viajes para conocerlos; como el caso del Faro del Fin del Mundo, en Ushuaia. Sin embargo, no hace falta recorrer muchos kilómetros de Buenos Aires para encontrarse con estos edificios luminosos.
Cómo ya lo mencionamos antes, el faro Punta Médanos en Mar de Ajó no sólo permite ver los restos de los navíos, sino que es uno de los primeros y más imponentes de la costa bonaerense. Fue declarado de interés histórico municipal, ya que comenzó a funcionar a mediados de 1893. Si bien no se puede ingresar, ya que es de estructura abierta, tan sólo verlo rodeado de médanos sorprende a cualquier turista.
Otro que ya es un clásico, es el Faro Querandí en Villa Gesell. Se destaca del resto por estar construido dentro de una Reserva Natural Municipal. Posee una altura de 54 metros, lo que lo convierte en el segundo más alto de Buenos Aires. Un detalle que no pasa desapercibido, es que la playa más cercana es una de las dos nudistas que tiene la costa argentina.
Por último, no se puede dejar de lado al Faro Claromecó, el más alto de la costa atlántica y el segundo más alto con estructura cerrada de Sudamérica. Tiene más de 54 metros y 278 peldaños, el cual se puede subir y tener una vista panorámica de toda la ciudad. Como dato de color, en su base se encuentran los restos de un ejemplar de una ballena que había quedado varada en las costas.

Un jardín japonés escondido en la costa
Cada vez que se dice Jardín Japonés la gran mayoría debe imaginarse aquel ubicado en el barrio porteño de Palermo. Pero, ¿sabías que en Necochea también hay uno que no tiene nada que envidiar al porteño?
Luego de que el intendente de la ciudad japonesa de Kanazawa donó varios ejemplares de cerezos y durazneros para ser plantados en el Parque Miguel Lillo, el municipio decidió impulsar la creación del jardín.
Con el tiempo se fueron trayendo más especímenes de la flora y fauna del país asiático, para realizar un intercambio cultural; ya que también fueron entregados árboles autóctonos de la Argentina.
Ahora ya no hay excusas para decir que en la costa argentina sólo se puede ir a tomar sol en la playa, andá sacando tu pasaje en Rutatlántica, Plusmar o Cóndor Estrella y descubrí sus joyas escondidas.