El represor Miguel Etchecolatz murió hoy en Buenos Aires a los 93 años. El genocida falleció en la Clínica Sarmiento de San Miguel, donde había sido derivado hace un tiempo desde la Unidad 34 de Melchor Romero. Condenado nueve veces a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, su figura será recordada en la historia argentina por ser uno de los principales responsables y ejecutores del período más oscuro del país.
Miguel Etchecolatz estuvo a cargo de al menos 21 centros clandestinos de detención. Tenía 9 condenas por crímenes de lesa humanidad, incluidas cuatro cadenas perpetuas y se estima que sus víctimas superan las 960.
No obstante, no llegó a ser condenado por lo ocurrido con unas 500 víctimas por las que aún era juzgado en sendos juicios en La Plata y sin revelar el destino de la nieta apropiada Clara Anahí Mariani, a quien retiró en sus brazos tras acribillar a balazos a su madre, ni el del albañil y militante Jorge Julio López, cuyo testimonio fue clave para que Etchecolatz recibiera, por primera vez en la historia judicial argentina, una condena por genocida.
La última condena tuvo lugar en mayo de este año cuando el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata lo condenó a la pena de prisión perpetua por ser coautor de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra militantes políticos durante la dictadura cívico militar en el centro clandestino de detención conocido como “Pozo de Arana”.
La mayoría de las víctimas del “Pozo de Arana” son las que el testigo desaparecido en 2006, Jorge Julio López, mencionó en su declaración en el primer juicio por crímenes de lesa humanidad realizado en La Plata tras nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
En 2017, la justicia lo había beneficiado con la prisión domiciliaria que Etchecolatz fijó en Mar del Plata. Sin embargo, el repudio popular hizo que los jueces revean el fallo y el represor regresó a cumplir condena en cárcel común.
Etchecolatz nació el 1 de mayo de 1929, en Nieves, una estación ferroviaria del partido bonaerense de Azul. Tras un paso por la escuela pública y de estar pupilo en un colegio religioso de Olavarría, ingresó a la Escuela de Policía Juan Vucetich y poco después comenzó la carrera policial que lo acercaría al jefe de la Policía Ramón Camps, llegando a ser Director de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Aires.
Fue el responsable de la desaparición de estudiantes secundarios de La Plata, en el hecho que se conoció como La Noche de los Lápices, y fue quien conocía qué pasó con Clara Anahí Mariani, apropiada a los tres meses de vida tras asesinar a su madre Diana Teruggi en un operativo de fuerzas conjuntas en la casa de la niña, en la ciudad de La Plata, el 24 de noviembre de 1976.
Por varios testimonios se pudo saber que, tras la intensa balacera contra la casa -que incluyó un obús que destruyó parte del frente-, un policía retiró a la beba de la vivienda y la entregó a Etchecolatz, que aguardaba en un vehículo y se la llevó, sin decir nunca a quien la entregó.
La asociación Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que Etchecolatz «mantuvo el pacto de silencio hasta el último día» y murió sin decir «la verdad sobre el destino» de tantos desaparecidos durante la dictadura militar.
«Condenado por centenares de crímenes de lesa humanidad, a los 93 años, murió el genocida #Etchecolatz que hasta el último día mantuvo el pacto de silencio. Se lleva la verdad sobre el destino de nuetrxs hijxs y nietxs, pero logramos justicia y memoria para sostener el #NuncaMas«, afirmó en su cuenta de Twitter el organismo que encabeza Estela de Carlotto.