Este miércoles por la madrugada falleció el inventor y constructor de helicópteros Augusto Cicaré. Con 84 años, “Pirincho” seguía liderando la empresa que tiene su fábrica en Saladillo. Sus ideas fueron tomadas por fabricantes de todo el mundo.
A pesar de nunca haber estudiado una carrera universitaria, Cicaré era considerado un verdadero genio de los helicópteros. “Pirincho” fabricó sus primeras aeronaves inspirado en los helicópteros que había visto en revistas pero terminó ganando el reconocimiento de la industria aerodináutica mundial.
Cicaré se encontraba internado desde hace días en el Hospital Posadas. Sus restos serán sepultados en Saladillo, su ciudad natal y sede de su empresa Helicópteros Cicaré.
La historia de Augusto Cicaré, el genio de los helicópteros
Sin saberlo, en 1958, a los 21 años, Augusto Cicaré fabricó el primer helicóptero de Sudamérica. Pero su pasión había iniciado mucho antes en la tornería de su tío, lugar al que prefería ir antes que a la escuela.
«Cuando era chico, era loco por los aviones. Escuchaba que pasaba uno y salía corriendo a mirarlo. Mi tío tenía una tornería y compraba la revista Mecánica Popular. Yo todavía no sabía leer, entonces mi mamá me la leía. Un día apareció la foto de un helicóptero. Un Chinook norteamericano. No me lo olvido más. Le dije a mi mamá: ‘Yo voy a fabricar uno de esos’«, contó.
En su planta de Saladillo fabricó más de 100 helicópteros, muchos de los cuales se exportaron a Europa y Australia. Por su estándar de calidad, Helicópteros Cicaré fue autorizada a comercializar sus aeronaves en Estados Unidos y China.
Además, Pirincho inventó un sistema de entrenamiento de vuelo al que denominó Entrenador Cicaré. «Cuando terminé mi primer helicóptero, el CH-1, yo sabía todo sobre su mecánica. Pero nunca había volado en uno. Sabía cómo funcionaba, pero no me animaba a probarlo. ¿Y si perdía el control al despegar? Por eso, en mi vuelo de bautismo, até al CH-1 a un palo, con una soga. Despegué, me elevé dos metros y aterricé», recordó.
Y continuó: «Mis amigos que vinieron a presenciar ese primer vuelo, después de acompañarme durante casi una década en el proceso de construcción, me dijeron: ‘¿Eso es todo?’ Les contesté: ‘Sí, ahora lo voy a desarmar y a hacerle unas mejoras. Calculo que en unos dos años más estará listo’ ¡Me querían matar!».
Esta idea luego derivó en el Entrenador Cicaré. Se trata de un helicóptero de verdad, pero agarrado a una estructura con un mástil vertical, que le permite elevarse hasta tres metros de altura. Una base que lo mantiene en contacto con el suelo, con ruedas para desplazarse en todas las direcciones.
En Estados Unidos, donde son necesarias 40 horas de vuelo para obtener la licencia de piloto, las autoridades aeronáuticas permitieron desde este año que las primeras diez horas se realicen con el simulador exportado desde Saladillo.
Helicópteros Cicaré es una empresa con 30 empleados, que incluye a su propio equipo de desarrollo, diseño, ingeniería, producción y comercialización. Tiene representantes en Europa y clientes en varios países del mundo. A lo largo de su carrera, desarrolló más de 20 modelos de helicópteros, especialmente en el nicho de los ultralivianos.
En entrevista con Todo Provincial, el rojense Alberto Porto, quien fabrica los aviones ultralivianos Risen en Italia, comentó: “Estando afuera, sé muy bien que Cicaré es un luminar de los helicópteros, fue un pionero en un tipo de helicópteros y la gran mayoría de los fabricantes en el mundo lo copiaron. Está claro que se hubiera estado en Estados Unidos hoy su empresa sería una multinacional. No tiene nada de malo porque quizás él es muy feliz e hizo todo lo que quiso”.