La senadora Nora del Valle Giménez (FdT) presentó junto a la ONG Derechos de Animales Marinos (DAM), que reúne a casi 30 organizaciones proteccionistas, un proyecto de ley que busca prohibir los espectáculos con animales marinos silvestres en cautiverio. La iniciativa lleva el nombre de «Kshamenk», la orca macho de Mundo Marino a quien además buscan liberar.
La iniciativa, reclamada con más de 612.000 firmas de apoyo reunidas a través de una campaña de Change.org difundida con el nombre de «Stop Acuarios» será presentada en la Sala Arturo Illia de la Cámara alta a partir de las 17 horas.
Los disertantes del evento, además de la senadora Valle Giménez, serán la jueza Elena Liberatori, el biólogo Héctor Ricardo Ferrari, el abogado Mauricio Trigo, las representantes de ONGs Jessica Stiberman y Jimena Szpanierman (Change Org Argentina), y Delila Lewis, de Activistas de La Costa.
El proyecto de ley, ingresado al Senado el 6 de julio pasado bajo el expediente S-1577/2022, tiene como objetivo la prohibición y sanción de espectáculos con animales marinos silvestres, como así también su exhibición y/o cautiverio sin fines de rehabilitación y reinserción o reintegro a su hábitat natural.
La iniciativa «Stop Acuarios» -desplegada bajo el hashtag #StopAcuarios en las redes sociales- fue lanzada en el año 2015 por el colectivo de organizaciones de la sociedad civil DAM para pedir por la liberación de una orca macho, Kshamenk, que se encuentra en Mundo Marino, el oceanario más grande de la Argentina, ubicado en la ciudad de San Clemente del Tuyú.
El proyecto de ley presentado en el Senado lleva el nombre de esa orca que -según denuncian las organizaciones- fue «sustraída de su hábitat natural, apropiada y mantenida en cautiverio, entrenada utilizada, explotada y exhibida en shows desde 1992″.
«Además, se ha extraído su material genético a través de prácticas invasivas y crueles, siendo comercializado y exportado sin que exista reglamentación alguna al respecto», advirtieron las organizaciones que vienen bregando por la sanción de una ley que ponga fin a este tipo de prácticas.
«Necesitamos tu firma para terminar con los espectáculos y la exhibición de los animales marinos silvestres en cautiverio, necesitamos tu firma para que puedan ser rehabilitados y trasladados a santuarios marinos«, expresa la petición.
La historia de Kshamenk
El 17 de noviembre de 1992 tres pescadores de San Clemente divisaron a lo lejos, cerca de la costa entre la desembocadura del Arroyo Ancho y de la Ría de Ajó, cuatro grandes figuras negras. Se bajaron y siguieron acercándose a pie hasta que se aproximaron lo suficiente como para ver que aquellas figuras negras eran 4 orcas varadas, atrapadas en suelo fangoso.
Los pescadores al darse cuenta del gran tamaño de las orcas y del bajo nivel de agua, vieron que era imposible ayudarlas sin el apoyo de equipamiento y expertos. Por ese motivo decidieron regresar al puerto para dar aviso y alertaron de la situación al equipo de Mundo Marino.
Cuando el equipo de rescate llegó a la zona, sólo encontró varada una cría de orca de que se estima tenía aproximadamente 3 años de edad, Kshamenk, nombre de origen fueguino como fue posteriormente llamada por sus cuidadores.
A raíz de los testimonios de los pescadores y del caso de varamiento del día previo, se considera que pudo haber llegado allí acompañando a su grupo familiar que debió haber entrado a la Bahía de Samborombón persiguiendo cardúmenes de peces durante una gran creciente de la marea, que al bajar, provocó que quedaran atrapadas. También se cree que al día siguiente, con el aumento del nivel del agua las orcas grandes con mayor experiencia y fuerza pudieron regresar al mar, pero el cachorro, más debilitado, no.
«A esa altura, Kshamenk atravesaba una situación crítica: presentaba diversos signos de debilidad, falta de respuesta a estímulos externos, muestra de deshidratación en sus ojos y boca, frecuencia respiratoria baja y músculos acalambrados, resultado del prolongado período de varamiento. Se estimaba que llevaba aproximadamente dos días atascado en un banco de arena y fango de alrededor de 2 kilómetros de sólo 10 centímetros de profundidad», asegura la página oficial de Mundo Marino.
Y agregaron: «En ese contexto, la única alternativa que quedaba era tratar de estabilizarlo llevándolo al Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino para que pudiese recibir un tratamiento adecuado. Así se decidió comenzar el operativo de rescate que exitosamente fue capaz de llevar a Kshamenk a la piscina médica».
«Algunos meses después, transcurridos los momentos más críticos de su rehabilitación y ya con claras señales de mejora, fue el momento de analizar si era posible reinsertarlo en la naturaleza. Para eso, se realizaron consultas con los principales expertos nacionales e internacionales en mamíferos marinos, a los que se les informó sobre el caso y se les pidió opinión sobre la posibilidad de una reintroducción a la naturaleza», explican desde el acuario.
Y concluyen: «Basados en el conocimiento de la comunidad científica de aquella época, todas las instituciones y expertos consultados manifestaron que una reinserción no sería exitosa y pondría en riesgo la vida de Kshamenk».