La Catedral platense se llenó esta tarde de hombres y mujeres de todas las vertientes del sindicalismo y de los movimientos sociales ante la convocatoria. El Arzobispo del Papa, en nombre de la “Paz Social”, llamó a dejar de lado las diferencias y unirse en la búsqueda del bien para el pueblo argentino.
Víctor Manuel “Tucho” Fernández marcó hoy la diferencia con su predecesor y montó un acto peronista en la Catedral platense por “la paz social”. Primero se reunió con más de sesenta dirigentes de distintas vertientes de la CGT, las CTA y de los Movimientos Sociales, donde los convocó a trabajar en un proyecto común de desarrollo productivo que genere más empleo para la región donde la última medición del INDEC arrojó una desocupación del 9,5%.
Luego el Arzobispo brindó una ceremonia religiosa con la Catedral repleta de militantes de todos los colores. En la homilía apuntó contra el modelo económico y pidió superar las diferencias por el bien común y “una paz verdadera”.
“Muchos aquí no se resignan a una política reducida de las finanzas, no se resignan a una economía que apunta más a la especulación que a la producción y el trabajo. Queremos producción y trabajo en Argentina, ese es nuestro deseo y ese es nuestro objetivo, muchos aquí quieren posibilidades para todos, por qué no podemos tener por ejemplo un espigón del puerto acá, y por qué tiene que estar todo saturado en el puerto de Buenos Aires. Somos federales y queremos posibilidades para todos”, comenzó.
El cura sabía que había reunido a todos, pero les habló a cada uno de los dirigentes: “Muchos aquí tienen esto sueños y estas luchas, otros quizá se dejaron cautivar por la corrupción, por la riqueza fácil, por el bien propio por encima del bien de los trabajadores. O quien sabe si a alguno no lo cegó el deseo de poder que al final lleva al vacío, no lo sé eso lo sabe cada uno dentro de su corazón, cuál es su verdadera lucha”.
“Pero lo que sé es que este momento histórico nos exige pensar a lo grande, pensar como Nación y construir con la diferencia. Me refiero tanto a las diferencias que podemos tener con el gobierno como a las que pudo haber entre nosotros”, siguió y alertó: “No somos iguales en todo, tenemos algunas perspectivas distintas. Pero ojo que algunos interesados apuestas a dividirnos a los que defendemos los derechos sociales. No caigamos en esa trampa dañina y peligrosa, porque cuando hay amor en juego e interesa el bien del pueblo, sos capaz de vencer alguna ambición y sos capaz también de trabajar con ese que no te gusta tanto”.
“El Papa Francisco nos invita a persistir siempre en esta ocasión de encuentro. Todos somos argentinos acá y hay gente noble de todos los colores, no le pidas a alguien que sea puro y perfecto para conectarte con él, para tener algún punto de contacto para buscar algo que nos una detrás de las diferencias, porque nos interesa transformar para el bien del pueblo”, expresó.
“Fíjense lo que hacía el cura Brochero, era capaz de conversar con algunos políticos que no le gustaban mucho pero siempre con un poco de viveza criolla y de realismo le sacaba algo para los hermanos”, agregó.
“Buscar pensar el bien posible y que hoy podemos llegar a lograr, siempre es mejor pelear por buscar un punto de encuentro que pelear solamente para mantener el poder. La guerra social a la larga daña a los más débiles”, los aconsejó.
Luego volvió a retomar a Francisco y sugirió: “más que coordinar espacios y mantener mi pequeño poder, se trata de que desatemos juntos procesos nuevos, que desatemos procesos nuevos, esos procesos que trabajan subterráneamente, culturalmente hasta que desaten una fuerza que no se puede frenar. En cambio, si ganas un espacio y no desatas un proceso es pan para hoy y hambre para mañana”.
También sostuvo: “Para eso tenemos que estar dispuestos a transformar algo. No basta repetir lo que hicimos siempre, hacen falta caminos nuevos, creatividad, una nueva viveza, avivarnos a negociar algo nuevo, algo que quizás no habíamos imaginado en otros momentos porque el mundo va cambiando y podemos perder el tren”.
“Lo que cuenta es el bien del pueblo, sea que lo logremos por un camino profundo y ese tipo que piensa distinto que quizás tiene una ideología que no te convence sin embargo no es el mal absoluto, no es el error absoluto. ¿No hay algo que pueda aportar desde su punto de vista para un proyecto de Nación? ¿No podrá también él aportar algo útil que sirva en una sociedad donde haya lugar para todos? dice el Papa que eso no es anular el conflicto. Dice: ‘Hay que aceptar el conflicto, hay que sufrirlo y después convertirlo en el eslabón de un nuevo proceso. Salir por arriba, y construir algo nuevo, superador’”, parafraseó.
Ya al finalizar apeló a la doctrina peronista: “Todos nosotros estamos llamados a evolucionar porque el mundo evoluciona, el lenguaje cambia, la estructura cambia, las posibilidades son otras y si nos descuidamos la realidad se nos escapa de las manos y la única verdad es la realidad. El problema es como sigue diciendo Francisco si nos quedamos atrapados en medio de un conflicto, perdemos perspectiva y horizonte y los horizontes son amplios”. Y con las mismas palabras de Néstor Kirchner sintetizó: “Soñemos juntos, sigamos soñando un proyecto para todos los argentinos y todas las argentinas”.
El discurso no superó los nueve minutos, pero alcanzó para sentar posición frente al gobierno y sus interlocutores inmediatos. “Esa es una lucha que construye. No es esa falsa paz que tranquiliza las conciencias, no es esa falsa paz que le dice a los pobres que sigan esperando, que confíen en las recetas inseguras y cantos de sirenas, no esa paz, a esa paz no la queremos porque somos personas, somos pueblo y no nos resignamos. Sigamos luchando hermanos por la justicia, pero en la paz social, en la paz que une, que construye y que crea un proyecto común para todos nosotros”, concluyó.