La pandemia significó un duro golpe para distintas actividades, entre ellos los gimnasios. Lejos de bajar los brazos, la mayoría implementó novedosas estrategias para salir adelante y mantenerse activos. La tecnología tuvo un papel protagónico con distintas soluciones digitales como las aplicaciones para reservar clases.
Desde que llegó la pandemia, los gimnasios para seguir con su negocio debieron adaptarse a esta nueva realidad. En varias localidades sus propietarios salieron a manifestarse para reclamar que les permitieran continuar abiertos por ser espacios seguros. Además hubo proyectos que solicitaban calificarlos como lugares esenciales por su clara vinculación con la salud.
A pesar del duro golpe que implicó la cuarentena, la mayoría de los gimnasios hicieron hasta la imposible para adaptarse. Las medidas de prevención de contagios se tornaron cada vez más exigentes, con zonas exclusivas delimitadas para el entrenamiento, puntos personalizados de alcohol para rociar las manos y estricta medición de la temperatura en el ingreso.
Sin dudas, una ayuda importante vino de la mano de la tecnología. Las clases virtuales permitieron continuar activos durante los tiempos de aislamiento estricto. Para los clientes significó un modo de continuar haciendo actividad física desde casa, en un entorno de confianza y con el incentivo que genera el compromiso de clases pautadas con días y horarios, ya que en este rubro la modalidad “on demand” suele fomentar la pereza.
El paso a la etapa de medidas menos restrictivas habilitó la reapertura de los gimnasios en todo el país. Sin embargo, los administradores debieron organizarse para cumplir a rajatabla todos los protocolos y evitar que los clientes se aglomeren. Allí, el rol de distintas aplicaciones cobró un rol preponderante.
Mediante el uso de app para boxes de crossfit y funcional, empezaron a ofrecer productos híbridos que mezclan lo presencial y el entrenamiento a distancia. Para el administrador del gimnasio, esta aplicación además facilita la gestión integral de clases y turnos, sin necesidad de intermediarios y molestos grupos de Whatsapp. Para los clientes añade la posibilidad de contar a mano y con datos actualizados los programas y rutinas, dando así un servicio mucho más personalizado.
En la misma línea, la app para gimnasios facilita un calendario de clases por disciplinas, con reserva de turnos y control de capacidad máxima, y la posibilidad de controlar el ingreso con código QR. También incluye datos como la evolución del peso y fecha de cumpleaños de cada uno de los clientes, además de información de cada ejercicio, registro de resultados y ranking general.
