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La factura eléctrica de un hogar inteligente ¿El IoT realmente supone un ahorro?

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En los últimos años, estamos asistiendo a un auténtico ‘boom’ de dispositivos inteligentes acaparando cada rincón de nuestro hogar. Los asistentes virtuales como Alexa o el Asistente de Google llegan a cada rincón de nuestra casa de la mano de dispositivos Echo o Google Home, mientras que los electrodomésticos de toda la vida ahora vienen con conexión a internet. Televisores con internet. Heladeras con internet. Lavarropas con internet.

Dejando a un lado la duda de si tu lavarropas se dedica a leer la versión digital de Olé mientras no estás en casa, lo cierto es que tener un hogar inteligente puede traducirse en múltiples ventajas. Para comenzar, el confort. Y, sobre todo, el ahorro energético, que puede conseguirse mediante la instalación de luces, sistemas de calefacción y otros dispositivos inteligentes. Estos dispositivos nos prometen un gran ahorro en la factura de la luz, pero ¿este ahorro es real?

Antes que nada debes proteger tus dispositivos IoT

Enseguida llegaremos a esto. Primero, los riesgos. Tener toda la casa repleta de dispositivos conectados a internet puede ser peligroso, sobre todo si se trata de aparatos que lo llenan todo con micrófonos y cámaras por los cuatro costados. Además de las cámaras IP –que, lógicamente, tienen una cámara incorporada–, muchos otros dispositivos pueden ‘ver’ tu casa, incluyendo algunos dispositivos Echo ¡e incluso los robots aspiradora!

Tener imágenes y sonidos de tu casa conectados a la red las 24 horas no es buena idea, así que lo mejor es instalar una VPN en el router para garantizar que esa información se mantenga cifrada. De esta manera podés impedir que un hacker acceda a tu propia red de cámaras IP y controle lo que hacés en tu hogar, por ejemplo. Y, además, tiene otras ventajas como mejorar la conexión PS4 por Wi-Fi, impidiendo el ‘throttling’ a cargo de tu proveedor de internet.

El ahorro energético puede ser real si se administra correctamente Protegida nuestra red de dispositivos IoT, volvemos a la pregunta que nos ocupa. ¿De verdad podemos ahorrar dinero en la factura de la luz con estos dispositivos? La respuesta breve es: sí. El ahorro puede ser considerable, sobre todo si tenés un hogar grande y una factura de la luz equivalente a varios cientos de dólares al mes. Pero, como ocurre con todo, no basta cualquier dispositivo IoT para lograr este ahorro.

Algunas de las claves para ahorrar electricidad con tus dispositivos inteligentes son:

Los termostatos inteligentes. Esta es una de las mejores formas de ahorrar energía. Un termostato inteligente te permite programar la calefacción para que tu hogar alcance su temperatura óptima apenas unos minutos antes de que llegues a casa, y se desconectará desde el momento en que salgas. Tener un mayor control en el uso de tu calefacción se traduce en un considerable ahorro energético… y económico.

Las persianas inteligentes. Aunque todavía no se popularizaron demasiado en la Argentina, las persianas inteligentes te permiten proteger tu casa frente a la luz del sol durante los días más calurosos. De esta forma, la eficacia de tu aire acondicionado será mucho mayor a la hora de enfriar el hogar, ahorrando energía en el proceso. Y, por supuesto, este aire acondicionado también puede ser inteligente para ser más eficaz.

Tomas de corriente inteligentes. Instalar una toma de corriente inteligente te permite configurar los horarios en los que querés que permita el paso de la electricidad. Muchos de nuestros dispositivos se mantienen prendidos, aunque no los estemos usando, como los televisores o los equipos de sonido. Las tomas inteligentes permiten desconectarlos de forma automática y programada, ahorrando mucha energía.

Lo que tenés que evitar con tus dispositivos IoT

Los dispositivos IoT que acabamos de enumerar están orientados especialmente para el ahorro de energía, y por eso pueden ayudarte a reducir de forma considerable la factura de la luz aunque se mantengan conectados durante todo el día. Sin embargo, no todos los dispositivos inteligentes están diseñados para esto, así que una mala configuración IoT en tu hogar puede traducirse en un gasto energético superior.

Llenar tu casa con asistentes virtuales conectados las 24 horas, por ejemplo, supondrá un gasto añadido. Además, no todas las luces inteligentes están orientadas al ahorro. Algunas simplemente se conectan a la red Wi-Fi para permitirte cambiar de color la iluminación de cada habitación, lo que tiene un efecto visual espectacular, pero también tiene un elevado costo energético. Estos dispositivos se orientan al confort, y no están optimizados para el ahorro.

Los dispositivos IoT, entonces, pueden traducirse en un ahorro energético considerable si los usás correctamente, pero también pueden disparar tu factura de la luz si los usás sin cuidado. La clave pasa simplemente por el sentido común y por una buena configuración. ¡Si sabés gestionarlos, estos dispositivos prácticamente se financian por sí solos!

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