El mayorista de productos de limpieza Caromar cerró en forma sorpresiva sus locales mayoristas en San Justo, Mar del Plata, Burzaco, José C, Paz y Rosario lo que derivó en más de 200 despidos. El Sindicato de Empleados de Comercio denuncia una maniobra de la empresa que intenta pagar solo el 50% de las indemnizaciones invocando el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo.

En Mar del Plata, el local de venta mayorista ubicado sobre la ruta 88 dejó 15 trabajadores afectados, quienes permanecen en la puerta de la firma reclamando el pago completo de las indemnizaciones tras el anuncio del cierre.

Desde el Sindicato de Empleados de Comercio de Mar del Plata y Zona Atlántica remarcaron que la empresa “mantiene plena continuidad laboral”, con actividad en varias provincias y producción propia de detergentes, alcohol y químicos.

El gremio denunció que la compañía intenta justificar los despidos por “fuerza mayor” para abonar solo la mitad de la indemnización: “Rechazamos categóricamente esta maniobra por improcedente e injustificada”, señalaron, exigiendo el 100% de las indemnizaciones.

En San Justo, la sucursal ubicada en Avenida Diego Armando Maradona 4501 (ex Monseñor Bufano) bajó persianas de un día para el otro, dejando 63 trabajadores despedidos. Desde el sector comercial de la zona calificaron el cierre como “sorpresivo” y “tempestivo.

Con respecto al resto de las sucursales que fueron cerradas, aún se desconoce el total de despidos aunque se estima que son más de 200 cesanteados.

Aunque Caromar avanza con el cierre de al menos cinco sucursales a nivel nacional, continúa operando en Laferrere, Moreno y Neuquén, manteniendo una estructura productiva sólida. Además de la venta mayorista, fabrica productos de limpieza bajo las marcas El Coloso, Goodmax, Queen, Simply, Party y Prix Ultra.

El Sindicato de Empleados de Comercio anunció que seguirá acompañando a los trabajadores para garantizar que se respeten de manera íntegra sus derechos laboral

La fábrica de electrodomésticos Whirlpool anunció este martes el cierre inmediato de su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar y el despido de la totalidad de su personal. La decisión tomó por sorpresa a los entre 250 y 300 trabajadores, quienes fueron convocados por la mañana al comedor de la empresa para recibir la notificación formal de la desvinculación.

Ignacio Cabezas, trabajador de la firma, confirmó la situación en declaraciones radiales y aseguró que el anuncio los tomó completamente desprevenidos.

“No nos dieron ningún previo aviso, nos acaban de desvincular a toda la empresa, incluido el personal de administración, recursos humanos, cierran completamente y nos trajeron un transporte para el que se quiera ir”, expresó.

Pese a la notificación, los empleados resolvieron permanecer en el predio: “Estamos todos en la playa y no nos vamos a ir hasta que nos den una respuesta coherente”, sostuvo Cabezas.

Poco después del anuncio, representantes de la UOM se presentaron en la planta para interiorizarse sobre la situación. De acuerdo con los trabajadores, el propio gremio también fue sorprendido por la noticia y busca establecer un canal de diálogo con la empresa para conocer los motivos de la medida y evaluar posibles acciones.

Una planta modelo que había generado grandes expectativas

La planta de Whirlpool en Pilar había sido inaugurada en octubre de 2022 y demandó una inversión de 52 millones de dólares.

Era considerada la más moderna de la firma a nivel mundial y contaba con capacidad para fabricar 300 mil unidades anuales entre cocinas y lavarropas, de las cuales unas 200 mil estaban destinadas a la exportación regional.

El cierre repentino deja en suspenso el futuro industrial de una de las apuestas tecnológicas más ambiciosas de los últimos años en el sector.

La fábrica de ollas Essen ejecutó a fines de octubre una nueva tanda de despidos en su planta de Venado Tuerto, donde desvinculó a 30 empleados, equivalente al 10% del personal. La medida está ligada a la caída en la producción local y al avance de un modelo de negocios que sustituye insumos nacionales por importaciones desde China.

“Lo que está haciendo la empresa es empezar a importar algunos de sus productos”, explicó el abogado Ramiro Gambetta, quien señaló que hasta piezas básicas de las ollas —como las perillas, antes fabricadas por una empresa argentina— ahora llegan desde Asia. Según detalló, el 45% de la producción actual de Essen depende de componentes o productos terminados importados, lo que provoca un achique en la planta local y abre la posibilidad de nuevas cesantías en los próximos meses.

La apertura de importaciones dejaron a la reconocida marca de ollas antiadherentes ante un escenario en el que resulta más rentable traer piezas terminadas desde China que sostener la producción local. El impacto se refleja directamente en el empleo y alimenta la preocupación del sector metalúrgico regional.

De acuerdo con datos difundidos por la cuenta Marcas Argentinas, Essen produce unas 440 mil unidades al año entre ollas, sartenes y cacerolas. Fundada en Venado Tuerto en 1980, exporta a cinco países y cuenta con menos de 300 trabajadores en su planta argentina, un número que sigue en retroceso.

El caso de Essen se da en un contexto industrial provincial complejo. Según la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), en septiembre la actividad cayó 0,3% interanual, con el 60% de las ramas industriales mostrando resultados negativos. Aunque el indicador desestacionalizado mejoró 1% respecto de agosto, la producción entre enero y septiembre se ubicó 9,3% por debajo del nivel de 2022.

La entidad atribuye la contracción a múltiples factores: altos costos financieros por tasas cercanas al 60%, incertidumbre macroeconómica, caída del 13,7% en las exportaciones industriales, aumento del 21,3% en las importaciones, retracción en la construcción y un consumo interno debilitado.