Kicillof inauguró una jornada sobre salud mental y consumos problemáticos en la Universidad de La Plata
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El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, este jueves participó junto a la ministra de Mujeres y Diversidad, Estela Díaz, de la apertura de las jornadas preparatorias hacia el 4º Congreso Estado Presente: “Violencia de Género, Consumos Problemáticos y Salud Mental. Nuevos desafíos en las intervenciones».
Fue en el predio Ex BIM III de la UNLP, junto al intendente de Ensenada, Mario Secco, y las decanas de las facultades de Humanidades y Ciencias de la Educación, Ana Julia Ramírez, y de Psicología, María Cristina Piro.
En ese marco, Kicillof afirmó: “Estos lugares de encuentro y reflexión se vuelven cada día más importantes por los tiempos que estamos transitando: a nivel nacional se impulsa un profundo retroceso respecto de las políticas de género, a través de la suspensión de programas y la eliminación de los presupuestos necesarios para desarrollar las distintas acciones en el territorio”.
“El Gobierno nacional quiere convencer a la sociedad de que no existe la desigualdad de género y de que la violencia contra las mujeres no tiene sus propias características, pero no les va a resultar fácil ya que hay millones de mujeres dispuestas a seguir defendiendo sus derechos”, sostuvo el Gobernador y agregó: “En la provincia de Buenos Aires no solo resistimos, sino que estamos fortaleciendo las políticas públicas que nos permitirán construir una sociedad más igualitaria y justa”.
A la jornada se inscribieron más de 1.000 personas y se recibieron más de 200 trabajos que fueron presentados y debates en distintos espacios. Durante el encuentro habrá mesas temáticas, talleres y conversatorios con ejes en violencia de género y sus vínculos con la salud mental y los consumos problemáticos; el abordaje de la masculinidad y las políticas públicas; y las violencias por razones de género hacia personas LGTBI+, entre otras.
Por su parte, Díaz remarcó: “Nos dedicamos a construir institucionalidad ya generar acciones para cambiar el paradigma de abordaje y redefinir el sistema integrado de políticas públicas en materia de lucha contra las violencias de género”. “Contamos con más de 20 programas y dispositivos que llegan a los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires: tenemos la decisión, la convicción y la militancia que hacen falta para profundizar y fortalecerlos”, agregó.
“Problematizar la violencia de género es algo fundamental que debemos valorar y reforzar en el contexto actual: son indispensables estos espacios donde se piensan las políticas públicas como herramientas centrales para ampliar derechos y donde las demandas de las mayorías populares se ubican en el centro de la escena”, sostuvo la decana Ramírez.
En tanto Piro remarcó: “La violencia, los consumos problemáticos y la salud mental están en una agenda que nos convoca y que requiere de nuestro compromiso activo, porque solamente apelando a lo colectivo ya un Estado presente podremos lograr la orientación y los resultados que deseamos”.
“El crecimiento del frente de mujeres en Argentina es cada vez mayor y eso nos impulsa a trabajar conjuntamente con los distintos actores e instituciones para conseguir el modelo de sociedad que queremos”, sostuvo Secco.
Estuvieron presentes las subsecretarias de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el Ámbito de la Salud, Julieta Calmels; de Políticas contra las Violencias por Razones de Género, Laurana Malacalza; el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi; y su par de Carlos Tejedor, María Celia Gianini.
En una jornada cargada de tensión política, sectores del peronismo y del campo popular denunciaron que la condena a Cristina Fernández de Kirchner es el resultado de una “perversa persecución política, mediática y judicial” que se inició hace años y que hoy se consagra como una “auténtica infamia”.
La sentencia judicial fue calificada como un nuevo capítulo en la larga historia de ataques al peronismo y, en particular, a figuras que —como Cristina— “se atrevieron a transformar la Argentina en favor de las mayorías”. La denuncia apunta directamente al accionar del gobierno de Mauricio Macri, al que se acusa de haber montado un sistema de espionaje ilegal, armado de causas y manipulación de pruebas con el objetivo de perseguir a la expresidenta, su familia y sus exfuncionarios.
Según este análisis, el lawfare se consolidó como política de Estado durante ese periodo, una práctica que no solo buscó el descrédito judicial, sino también la estigmatización del campo popular. “Hoy, con un presidente para quien ‘la justicia social es una aberración’, el clima de odio, autoritarismo y hostigamiento se ha intensificado”, se remarcó, aludiendo al actual jefe de Estado, Javier Milei.
Para estos sectores, tanto Macri como Milei comparten un profundo desprecio por la democracia y por la dignidad del pueblo. Y por eso, hoy celebran esta condena que, según denuncian, estuvo guiada por un accionar judicial revanchista, carente de apego a la verdad y a la justicia. “No investigaron hechos: ejecutaron un plan. Una vendetta”, aseguran.
Desde esta perspectiva, la intención de fondo es disciplinar a la dirigencia política y blindar privilegios económicos, afectando directamente el estado de derecho y debilitando la democracia argentina. “Hoy esa democracia queda profundamente herida. Y nuestra responsabilidad histórica es defenderla”, concluyen.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, participó del encuentro encabezado por Cristina Fernández de Kirchner en la sede del Partido Justicialista en conmemoración de los fusilamientos de José León Suárez, en un contexto marcado por las versiones sobre un inminente fallo de la Corte Suprema en la causa Vialidad.
Luego de una reunión del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) con intendentes en La Plata , el mandatario provincial viajó hacia la Ciudad de Buenos Aires para sumarse al acto en Matheu 130, que reunió a una gran cantidad de dirigentes del oficialismo. Entre los presentes estuvieron Mario Secco, Julio Alak, Andrés Larroque, Gabriel Katopodis, Verónica Magario, Cristina Álvarez Rodríguez y Carlos Bianco.
La fecha, cargada de simbología para el peronismo, rememora los fusilamientos perpetrados por la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu en 1956. En ese marco, el homenaje sirvió también para visibilizar el respaldo a la ex presidenta en medio de los rumores sobre la posible confirmación de su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que podría afectar su candidatura como legisladora por la Tercera Sección.
En ese contexto, Kicillof reposteó un mensaje de su agrupación Movimiento Derecho al Futuro (MDF) en el que se denuncia una persecución judicial contra Cristina Kirchner. “Basta de perseguir a Cristina, basta de odio contra el peronismo”, expresaron desde la cuenta oficial del MDF en X.
El mensaje estuvo acompañado de un video con fragmentos de un discurso reciente del gobernador, donde advirtió: “Estamos bombardeados y rodeados de odio, insulto y crueldad. Parece que quieren condenar de nuevo a Cristina”.
Kicillof agregó que “desde acá dejamos en claro: ¡Basta de persecución! ¡Basta de partido judicial!”, reforzando la denuncia de una embestida desde el Poder Judicial contra el espacio político liderado por la dos veces presidenta.
Durante el encuentro de intendentes en La Plata también se repasaron definiciones estratégicas del espacio de cara a las elecciones legislativas, que serán planteadas como un plebiscito a la gestión de Javier Milei. Desde el Movimiento Derecho al Futuro destacaron que la actividad sirvió para renovar el compromiso militante y trabajar en la reactivación del voto de los sectores desmovilizados.
En el lanzamiento formal del MDF, realizado días atrás en La Plata, Kicillof aseguró que el presidente “le declaró la guerra al pueblo que labura”. “La motosierra no era para la casta, era para el pueblo”, lanzó en un discurso en el que llamó a conformar un gran frente bonaerense para enfrentar las políticas de ajuste del gobierno nacional.
“El modelo de Milei no es nuevo. Es la continuidad de Martínez de Hoz, Cavallo y Macri. Es planchar el dólar, destruir la inversión pública, aplicar tarifazos, abrir la economía y reprimir los ingresos”, analizó el gobernador. Y agregó: “Le declaró la guerra a la industria nacional, al chacarero, a las pymes y al pueblo que trabaja. En vez de lamerle la bota a Trump, debería escuchar cómo protege su economía”.
Finalmente, Kicillof hizo un llamado a la unidad del peronismo: “El único adversario que tenemos es Milei. Tenemos que evitar que la motosierra cruce la General Paz”.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó este viernes una cargada agenda en General Villegas, donde cuestionó duramente el ajuste del gobierno nacional contra el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Junto al ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, advirtió sobre los efectos de lo que calificó como un “plan de liquidación” de una de las instituciones más valoradas del desarrollo productivo argentino.
En su intervención, Kicillof fue terminante: “Es un crimen que lo quieran cerrar. No se puede explicar, no se entiende”. Según el mandatario, la ofensiva contra el organismo constituye “una motosierra sobre la ciencia aplicada al campo argentino”, y representa un retroceso difícil de reparar. El respaldo llegó luego de que Walter Miranda, director de la Estación Experimental INTA Villegas, le entregara una nota relatando la crítica situación del personal técnico y profesional.
El gobernador también expresó su preocupación por los intentos del Ejecutivo nacional de modificar la estructura del Consejo Directivo del INTA para profundizar el ajuste: “Cada trabajador del INTA lleva consigo una experiencia irreemplazable. No se puede reemplazar eso con Excel ni con frases de campaña”.
Rodríguez, por su parte, denunció que “lo que hace Sturzenegger es un cientificidio. Es una nueva versión de mandar a los científicos a lavar los platos”. Además, valoró el trabajo de las chacras experimentales del INTA como piezas claves para garantizar soberanía tecnológica en la producción agropecuaria.
Más tarde, durante una entrega de maquinaria agrícola en la Escuela Primaria N° 45, Kicillof redobló la apuesta: “Va a ser muy difícil tener actividad agropecuaria sin el INTA. Dicen querer un país agroexportador, pero quieren eliminar las instituciones que hacen posible esa producción. No lo van a entender nunca”.
El mandatario también valoró el aporte del organismo en el desarrollo de semillas resistentes y tecnologías que han colocado a la Argentina en un lugar de relevancia internacional: “Han llevado al país a las primeras planas con sus avances, y ahora los quieren arrasar por ignorancia o por intereses ajenos”.
Las palabras del gobernador resonaron especialmente en el distrito de General Villegas, donde el campo y la ciencia rural se encuentran cara a cara. En esa misma región, pero hacia el sur, a 22 kilómetros de la ciudad de Los Toldos, vive otro símbolo del campo con alma y compromiso: el monje benedictino Mamerto Menapace, conocido como el “cura gaucho”.
Menapace, escritor y narrador de cuentos criollos, ha defendido con voz pausada y lenguaje campero la necesidad de unir la tierra con lo sagrado. Autor de 52 libros, muchos de ellos en lenguaje gauchesco, escribió incluso los salmos de la Biblia en verso criollo y llegó a decir que “para ser sacerdote argentino hay que tomar mate y usar poncho”, recomendación metafórica que bien podría aplicarse al compromiso que hoy exige la defensa del INTA: hablar el idioma del pueblo, desde la tierra, con sentido comunitario.
Tal como Menapace descubrió a Dios en los ritmos de la naturaleza, para Kicillof y su equipo, la sabiduría agropecuaria se cultiva con ciencia y con Estado. En ese cruce entre lo técnico y lo espiritual, el campo argentino pide volver a tener voz propia. El INTA, como ese cura de poncho rojo, no se rinde ni se deja arrasar por una motosierra.