El jueves 11 a las 9 hs tendrán lugar en el TOC 1 de La Plata (calle 8 entre 56 y 57) los alegatos del juicio contra cuatro policías de la Comisaría Tercera de Berisso por «homicidio calificado» contra Ariel Canizzo.
El ex capitán Ricardo de La Canal, los tenientes Roberto Percuoco y Ernesto Conti y el oficial principal José Antonio Cácere, son juzgados por la muerte de Ariel Cannizzo, el joven de 33 años que el 21 de octubre de 2011 fue “secuestrado” de su casa por los cuatro efectivos –en un procedimiento irregular y sin presentar la orden de captura – y sometido a una brutal golpiza. Como resultado de esos golpes murió luego cuando estaba detenido en la Comisaría Cuarta.
El caso es patrocinado por la Asociación Civil Miguel Bru (AMB) y llegó a juicio caratulado como “apremios ilegales”, una vieja y conocida estrategia del Poder Judicial para garantizar la impunidad de los casos de gatillo fácil. En este marco el titular de la UFI 4 Martín Chioriazzi y Verónica Bogliano, abogada de la AMB, pidieron la ampliación de la acusación, ya que en base a los testimonios y las pruebas se puede acreditar que Ariel fue golpeado en estado de total indefensión lo que le provocó un cuadro de síndrome asfíctico subagudo por el cual murió horas después de ser detenido, tal como declaró el perito de parte.
Declararon los peritos
En la última audiencia del debate declaró Andrea Sánchez – perito de la asesoría pericial que estuvo a cargo de la autopsia junto a Juan José Granillo Fernández en 2011. También lo hicieron Omar Ledesma, el perito de parte y la toxicóloga Valentina Garrote.
Sánchez sostuvo que Cannizzo murió por una arritmia que provocó un síndrome asfíctico y lo relacionó con una hipertrofia del miocardio (corazón agrandado) que podría haberse generado por el consumo de tóxicos. Sin embargo, según el perito de parte Ledesma, el “corazón agrandado” en un adulto puede corresponder a distintas causas como la actividad física, o razones hereditarias y no necesariamente desencadenar una arritmia que provoque la muerte. En este marco recordó que Cannizzo se había hecho estudios preocupacionales pocos meses antes, que habían arrojado buenos resultados.
También cuando Sánchez fue preguntada por el evidente hematoma que había en la zona de la laringe, la profesional respondió que en el momento que hicieron la autopsia “no les pareció trascendente» y que de otra manera «hubieran sacado esa parte y lo hubieran mandado a analizar a anatomía patológica”. Sin embargo para Ledesma el hematoma fue causado por “trauma externo” y según sus características fue suficiente para causar una lesión en la vía respiratoria. Además, descartó que pueda haber sido causado “por una caída” y dijo que podría corresponderse a un golpe de puño. El perito de parte volvió a ratificar que Cannizzo murió por un síndrome asfíctico sub agudo, es decir, una asfixia lenta, producto de un trauma en la zona de la laringe.
En la misma lógica de desvincular los golpes con la muerte de Ariel, Sánchez sostuvo que no pudieron encontrar la causa de la hemorragia que había en su abdomen. A pesar de estas señales y aunque se trató de una muerte dentro de una comisaría, la autopsia se practicó sin respetar el Protocolo de Estambul –ratificado por Argentina- que establece la forma en que debe investigar la justicia y los médicos ante posibles casos de tortura, penas crueles, inhumanas y degradantes. Pero antes de hacer la autopsia y aunque en el informe previo se identificaron lesiones en las muñecas, brazos y cara no se realizaron siquiera las radiografías necesarias.
Al ser preguntados por otros signos, como la tos que sufrió Ariel antes de morir y la espuma en su boca, ambxs peritos coincidieron que son síntomas de la asfixia, al igual que la “lengua semiprotuida”.
Por su parte la toxicóloga Garrote ratificó que las cantidades de cocaína encontradas en el estómago eran mínimas y no pudo aseverar que eso le haya provocado un problema de salud.