Por: Martín Mazzoleni
En el interior bonaerense hay tantos tipos de cuarentena como municipios. En los distritos más chicos que permanecen libres de Covid-19, algunos intendentes están tomando medidas de flexibilización que en los papeles figuran como prohibidas en toda la Provincia.
Mientras que algunos intendentes le pasan la pelota al Gobernación para explicar el sostenimiento de las prohibiciones, otros jefes comunales avanzan con permisos locales que según los decretos que regulan el ASPO no podrían ser reactivadas.
Las diferencias entre municipios sin casos de coronavirus y con similares en cantidad de habitantes son más evidentes en lo que respecta a las actividades deportivas y recreativas. Mientras que algunos distritos autorizaron disciplinas individuales como el ciclismo, el running, la pesca y hasta el golf, en otras localidades las mantienen vedadas con el argumento de que Provincia no las autoriza.
“La realidad es que los municipios siempre fueron más adelantados. Cuando se discutía si se debían cerrar los ingresos la mayoría de los distritos pusieron taludes de tierra y piedra en las rutas”, graficó a Todo Provincial un legislador oficialista y conocedor del interior bonaerense.
Incluso, algunos intendentes ya comenzaron a habilitar las reuniones familiares de menos de 10 personas los fines de semana. A mayor distancia del AMBA y menor densidad poblacional crece la autonomía de los intendentes para tomar decisiones que, a priori, no tienen el visto bueno del gobierno bonaerense.
Estas medidas no deberían interpretarse como un síntoma de distanciamiento político con Kicillof. Algunos de los jefes comunales que avanzan en esta flexibilización inconsulta se identifican con el kircherismo duro.
“Los intendentes no pueden ser más estrictos de lo que la sociedad puede soportar porque si no terminan perdiendo toda autoridad. En los pueblos cada vez más vecinos se preguntan porque tienen que permanecer encerrados si no hay un solo caso de coronavirus. Son cuestionamientos lógicos”, reforzó el legislador.
En la vereda de enfrente, uno de los jefes comunales que sostienen las restricciones en su distrito advirtió: “Algunos habilitan actividades con normativas locales pero si sucede algún problema pueden sufrir consecuencias por incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
“Los pedidos de autorizaciones de actividades deportivas son rechazados en forma automática por la Provincia porque a su vez existe un decreto nacional que la prohíbe”, remarcó.

Estas diferencias están trayendo algunas rispideces entre municipios vecinos. “El distrito de al lado me habilitó la pesca y nosotros la mantenemos prohibida porque eso es lo que nos bajan Provincia y Nación”, reprochó este intendente de un distrito costero.
Quienes decidieron avanzar hacia una mayor apertura aseguran que desde el punto de vista jurídico muchas de las medidas tomadas por la pandemia son endebles.
“La verdad esto se trata más de un generar consenso que de cuestiones legales”, consideró el legislador y puso como ejemplo: “Si vamos al caso, las restricciones de horario por decreto municipal no tienen demasiado sustento desde lo jurídico”.
En las filas de la oposición, las posturas también son disimiles. Mientras que algunos intendentes aprueban con consensos locales la vuelta de distintas actividades otros no se arriesgan y se limitan a transmitir todos los pedidos al gobierno bonaerense, sabiendo que estos serán desaprobados. Luego hacen hincapié en que el rechazo es responsabilidad de Gobernación.
