La Inspección realizada por el Ministerio de Trabajo encontró irregularidades en casi la totalidad de los barcos que operan en el puerto, tanto en la estructura de los barcos como en los instrumentos y herramientas que utilizan los trabajadores.
Desde la tarde de ayer, se realizaron las inspecciones en cada uno de los buques pesqueros que atracan en la Ría de Ajó para determinar las condiciones de seguridad y laborales de los empleados.
Alfredo Bertonasco, Coordinador de Fiscalización del Puertos de la Nación informó: “Más de un 90% de los trabajadores no se encuentran registrados y por eso se están aplicando intimaciones y citaciones a los responsables de las embarcaciones”.
La tarea se extendió desde las 18 horas hasta la medianoche y esta mañana se retoma con la presencia de varias personas, entre ellas las del Ministerio de Trabajo, la Superintendencia de Riesgos de Trabajo y personal de AFIP de Mar Del Plata.
“Hacemos un trabajo estricto y pedimos que se cumplan las normas. Es algo que venimos realizando desde los puertos del sur hacia el norte. Porque ejercemos el rol de defender a los trabajadores”, indicó Bertonasco.
A su vez, agregó: “Los barcos locales son pequeños y, en cuanto a la cuestión de seguridad, no hubo falencias graves para enumerar porque las estructuras no demandan de camarotes y están preparadas para las tres o cuatro personas que allí desempeñan actividades”. No obstante, sostuvo que en algunos casos se encontraron las cámaras abarrotadas de corvina y se siguió con la extracción y acopio de las piezas “a granel” sobre la cubierta de las embarcaciones; algo que no está permitido.
Por otro lado, Ricardo Kren, interventor en el puerto de General Lavalle de la Federación de Estibaje en Puertos Argentinos (FEPA), aclaró: “Los “trabajadores llegan a descargar entre 10 y 14 mil cajones por noche, a mano, sin la ropa adecuada y que no tienen ningún tipo de cobertura, ni seguro ni obra social; mucho menos un sueldo en blanco y aportes previsionales”.
“Siempre tuve paciencia y entendí que los dos últimos años no habían sido buenos, pero esta temporada hay pescado, subió el precio y hay demanda de los países africanos que lo compran, no tienen excusas para seguir explotando a la gente”, remarcó el dirigente.