La empresa suiza Clariant anunció el cierre definitivo de su planta en el Parque Industrial de Zárate, lo que implicará el cese de su producción en el país y afectará a unos 50 trabajadores. La medida se enmarca en una serie de conflictos laborales en el sector químico, en un contexto económico cada vez más adverso para la industria nacional.
Según pudo saber InfoGremiales, los productos que antes se fabricaban localmente serán importados desde Brasil, marcando un retroceso en el desarrollo productivo del sector. Clariant informó que continuará con presencia comercial en Argentina, pero sin operar plantas propias ni generar empleo industrial en el país.
El cierre planta Clariant fue comunicado a clientes, proveedores y al Sindicato de Trabajadores Químicos, y responde a un análisis de viabilidad financiera global realizado por la casa matriz en Suiza. Si bien la empresa aseguró que abonará las indemnizaciones correspondientes, persisten dudas sobre si se hará de manera completa.
La medida ya genera un fuerte impacto social y económico en la comunidad de Zárate, donde la industria química representa uno de los principales motores de empleo y desarrollo.
Pero el caso de Clariant no es aislado. La empresa Archroma se encuentra bajo conciliación obligatoria tras despedir a seis trabajadores; Agrofina evalúa un recorte de personal mediante un procedimiento preventivo de crisis; y en Alpek, un conflicto por 29 despidos derivó en una reorganización de turnos para evitar cesantías.
Este escenario refleja las dificultades crecientes de la industria nacional, golpeada por la caída del consumo, la paralización de la obra pública, la recesión industrial y un modelo económico que promueve la apertura de importaciones y la eliminación de incentivos a la producción.
El cierre planta Clariant se suma a una lista cada vez más extensa de empresas que abandonan la actividad productiva en el país, profundizando la crisis industrial y el deterioro del empleo formal.