Por Pedro Colombo – Periodista y escritor
22 de Agosto. Hoy sábado recordaré al letrista, glosador, presentador y actor MARIO SOTO, nacido y fallecido en La Plata (1912-1995). Tuve la oportunidad de disfrutar con él –entre mate y mate- los tangos que atesoraba en su casa. Inclusive, varias presentaciones de artistas, impactándonos la de Roberto Rufino en el Teatro Martín Fierro (1992) donde aclaró: “vine a escuchar a Roberto, porque es el último que me emociona”. Y luego, compartimos la mesa…
Mario se refería a su predilección por los cantantes que “interpretan” las obras, respetando cada frase y cada palabra según la expresaron sus creadores. El sentimiento, la emoción y el acople al dictado de la música era imperativo para el autor de “Pasional” (1951, con música de Jorge Caldara), obra que en la versión de Osvaldo Pugliese y Alberto Morán se inscribe entre los éxitos más impactantes de la época y que para los “pugliesistas” es la mejor entre los cantables del maestro. Y que sigue atrayendo a todo aspirante a cantor y a otros con experiencia tanguera.
No obstante, “Pasional”, que le aportó a Mario sus mayores ingresos por derechos autorales, no estaba entre sus preferidas. No es que no la valorara: admitía un logro musical, sabía que con Caldara dieron en el eje que asocia al amor y a la atracción sexual, al abandono de la racionalidad para abalanzarse en la intención de satisfacer el deseo, sin límites ni restricciones. Así lo entendieron los hombres y mujeres del tango…y los de “otro palo” también. ¡Exitazo!.
Aunque sabía también, que “Pasional” había surgido como un juego a contramano de lo real. Cuando le pregunté si detrás había una “femme fatal”, una mina de esas que “dan vuelta” al más veloz en amores, me contestó: “Nada que ver. Yo me inspire para hacer este tango en dos hermanitas chiquititas y feúchas, que iban a todos los bailes de Pugliese en la zona sur, por clubes de Quilmes, Sarandí y Domínico. Eran tímidas, insignificantes y “planchaban” toda la noche. Sentí algo así como compasión y recreé en silencio el tema, basado en esas dos ratitas transformadas en una mina terrible”…Sucede mucho en los poetas, jugadores con las palabras.
Nota bene: Con seguridad y para compensar esa pulsión que les pareció obsesiva y excesiva, Mario creó posteriormente -con Caldara- “Muchachita de barrio”, que interpretaba Morán -con ternura- al inicio de sus actuaciones con Armando Cupo. En memoria de sus hacedores, recordaremos ambas obras, dos caras de una misma moneda, redonda como el amor.
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