1935. En la historia del tango, nada causó mayor conmoción que la muerte de Carlos Gardel, en el aeropuerto de Medellín. No hablaremos de la tragedia en sí, por harto conocida y rememorada cada 24 de junio, desde aquél 1935 fatídico. Sino de su repercusión en La Plata el 12 de setiembre del mismo año, cuando se presentó en el Cine Select el actor y bailarín de tango argentino Vicente Padula (1898-1967), para ofrecer una exposición sobre el artista, a poco de fallecido.
El disertante había actuado en cuatro películas de Gardel: “Las luces de Buenos Aires”; “Melodía de arrabal; “Cuesta abajo” y “El tango en Broadway”. Las dos primeras filmadas en Joinville (Francia) y las otras en Nueva York (EEUU), por los Estudios Paramount.
Recuerdos de una buena amistad
Vicente Padula pertenecía a la Paramount y tenía experiencia actoral: radicado en Estados Unidos como bailarín, su marcha ascendente le permitió actuar desde 1927 en varias películas, tal “Charros, gauchos y manolas”, de Xavier Cugat. Como faltaban actores hispanos con antecedentes para filmar “Luces de Buenos Aires” (La mayoría provenía de la Compañía de Revistas de Romero-Bayón Herrera en gira por Paris), la Paramount envió a Vicente Padula como importante refuerzo.
Ambos se conocían por Tito Lusiardo y se unieron en los sets en mayo de 1931. La recíproca “canchería” pronto los amigó. Padula le transmitió sus vivencias del cine y fue componedor ante situaciones conflictivas, causadas por el Director Adelqui Millar. En ocasión del tango “Tomo y obligo”, Carlos debió cantar de modo forzoso. Autoexigente al mango, lo hizo a disgusto. (¡Quería ensayar más!). Tanto que no quiso ver la prueba y le pidió a Padula escucharla. El “veredicto” del actor fue tajante, ante las dudas de Gardel: “Está macanuda Carlos.¡La bronca que tenías le da fuerza al tango!”…Abrazo y a seguir.
“Las luces…”, fue una floja comedia de enredos con ambiente en Buenos Aires y el campo. Gardel actuó poco en ella, pero cuando cantaba “Tomo y obligo”, el público enloquecía, pedía que se rebobinara la película para repetir la escena. Gardel había comenzado a filmar, creó su rol de galán-cantor y así supo explicarlo Padula en La Plata.
La crítica argentina fue muy dura con Gardel como actor. Mas pocos fueron capaces de transmitir, en aquel momento, las duras condiciones soportadas por “El Mago” y su equipo como su amigo Padula. ¡A escuchar “Tomo y obligo”, tangazo de siempre!.