Finalmente valió la pena la espera, el Rally de Ayacucho fue todo un éxito y pudo llevarse a cabo bajo un éxito rotundo gracias al gran trabajo organizativo de la Municipalidad de Ayacucho, coordinación Mar y Sierras y el Nuevo Moto Club local.
La cita tuvo ciertas innovaciones en sus trazados particularmente, por ejemplo los clásicos tramos de “La Escuela” y el “Chinchulín” tuvo algunas variantes y un recorrdio mayor en cuanto a kilómetros. Asimismo, el parcial que unió la Cava con el Club Independiente, presentó un dibujo totalmente distinto, con curvas, aceleraciones y técnicas. Pero esto no fue todo, porque la zona de la cava municipal también fue epicentro de una Prueba Súper Especial, en formato espejo, al término de ambas jornadas de competencia. Otro cambio fundamental fue que el parque de asistencia y el escenario de entrega de premios estuvo ubicado en esta oportunidad en instalaciones del Tiro Federal Ayacucho. Innovaciones desde todo punto vista, que jerarquizaron la competencia.
En cuanto a lo estrictamente competitivo, también fue una fecha triunfante para los pilotos locales ya que se registró dos triunfos ayacuchenses: Daniel Reyes en la A Histórica y Juan Pablo Sansiviero en la clase ZM, se adjudicaron cada uno el primer lugar.
Reyes al volante, acompañado de Daniel Rodríguez en la navegación, conquistaron una agónica y trabajada victoria, tras sobreponerse a un fallido comienzo que lo tuvo al borde de la deserción, en una divisional destinada a los autos que hicieron historia en el rally de nuestro país
Port su parte, Juan Pablo y Agustín Sansiviero lograron por primera vez el triunfo en su tierra, y siguen ascendiendo de esta manera a los primeros lugares de la Clase ZM.
Párrafo aparte para el público que se hizo parte y dueño del evento, recorriendo cada escenario, disfrutando de las jornadas de sábado y domingo a puro sol, en lo que fue una verdadera reunión familiar tanto para los fierreros como para aquellos espectadores que sólo disfrutan de estos grandes eventos.
Ayacucho estuvo a la altura de tamaño espectáculo, ofreciéndole al espectador y por supuesto al piloto, un producto deportivo de excelencia que nada libró al azar, sino que estuvo todo fríamente calculado. Se prevé que la ciudad reciba otra fecha a fines de año, una señal de que las cosas estuvieron óptimas desde su ejecución y organización.
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