El adolescente de 14 años que se electrocutó en Valentín Alsina durante el temporal fue dado de alta del hospital “Evita” de Lanús, al que había ingresado “fallecido”. Había tocado un poste de luz en una calle inundada y sufrido una descarga eléctrica. Tras ser atendido en ese hospital público provincial y haber sobrevivido a dos paros cardiorrespiratorios volvió a su casa sin ningún tipo de secuelas.
El director ejecutivo del hospital, Javier Maroni, contó que el chico, de nombre Marco y 14 años de edad, llegó “fallecido” al hospital en una ambulancia del SAME.
“En el barrio le habían practicado RCP, pero cuando ingresó por Guardia entró sin respirar y sin latidos”. Rápidamente el equipo de salud comenzó con las maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzadas y, a los 20 minutos, recuperó los latidos cardíacos en ritmo normal.
Sara, su mamá, lo había visto desvanecido a la vera de la calle inundada después del accidente. Un vecino le practicaba RCP. A los pocos minutos llegó una ambulancia del SAME y desesperada subió con su hijo mientras los médicos continuaban con las maniobras para reanimarlo: “Él iba y venía, yo estaba shockeada, le veía esos ojos blancos y que por momentos reaccionaba, pero después se volvía a apagar, cuando llegamos al hospital estaba muerto”, recuerda la madre.
El jefe de servicio de la Terapia Intensiva del hospital Evita de Lanús, Luis Vindigni, explicó que la electrocución provoca una arritmia, es decir, un cambio patológico en el latido del músculo cardiaco y que, en este caso, derivó en un paro cardiorrespiratorio, “pero gracias a que la atención fue rápida y adecuada el chico sobrevivió sin ningún tipo de secuela neurológica, que es lo que ocurre cuando pasa mucho tiempo sin que llegue oxígeno al cerebro”.
Segundo paro
Todavía en la Guardia, después de cuatro horas de espera, el equipo de salud le dijo a la mamá que habían logrado reanimar a Marco y que podía pasar a verlo. Entró entonces junto con su otro hijo varón (es mamá de dos varones y dos chicas) pero el alivio duró poco: “De repente se puso rígido y frío, llamamos a los médicos y nos dijeron que estaba haciendo otro paro (cardiorrespiratorio), así que volvieron a hacerle RCP, nosotros salimos desesperados, shockeados mal otra vez”.
Al final, explicó el jefe de UTI, “Marco ingresó a la terapia intensiva inconsciente e intubado”. El equipo de salud logró revertir el cuadro: “Se le hicieron maniobras de reanimación, se empleó el cardiodesfibrilador, además de administrarle medicación y realizarle estudios de alta complejidad, como tomografías de cerebro, tórax y abdomen”.
Al día siguiente abrió los ojos y nadie sabía qué iba a pasar: si podría hablar, si tendría afectada la memoria, los movimientos o alguna función neurológica.
El director del hospital, Javier Maroni, contó que después de unos minutos, tras abrir los ojos “fue emocionante escuchar a Marco preguntar por su mamá”.
“En momentos tan difíciles como estos, nos enorgullece comprobar que el hospital público siempre responde, por lo tanto, no tenemos dudas de la importancia de cuidarlo, defenderlo y mostrar todo lo que podemos ofrecer”, concluyó Maroni.