Valentín Barco, una de las máximas promesas del fútbol argentino, es oriundo de 25 de Mayo donde comenzó a jugar a la pelota en el Club Sportivo. Durante años, el joven de 18 años debió viajar con su mamá en un Renault 12 hasta Capital Federal para entrenar en Boca.
Valentín Barco comenzó a jugar a la pelota a los 3 años. Luego de formarse en Club Atlético Sportivo a los 9 años fue a probarse a Boca Juniors y Ramón Maddoni le dio el visto bueno.
Sin embargo, Barco estuvo tres años sin quedar en la pensión de Boca Juniors y viajaba cuatro veces a la semana los 230 kilómetros que separan el municipio de 25 de Mayo con Capital Federal en el Renault 12 de su familia.
«Durante tres años viajábamos tres veces por semana y los domingos lo llevaba a jugar. Durante otros dos años lo llevó el papá. La rutina era que iba al colegio, lo retirabamos 11.30, viajabamos a Capital, terminaba de entrenar a las 18 horas y a las 10 de la noche recién volvíamos a casa. Ese fue el sacrificio», contó la mamá a Convergencias.com.ar y agregó: «Llegábamos a diciembre agotados».
«Había veces que no teníamos nada de plata, le decía Vale tengo solo para el gas y el peaje pero él quería ir igual», recordó y relató: «Una vez caía piedra, el venía descompuesto vomitando en una bolsa. Siempre lo hicimos con mucho entusiasmo. El Renault 12 nunca nos dejó a pie».
«Mi sueño es jugar en primera de Boca y ganar un Mundial«, dijo Barco sobre su sueño, emulando la famosa frase de Diego Maradona cuando todavía era «El Pelusa».
En 25 de Mayo, Valentín Barco recibió varias distinciones por su desempeño deportivo. A fines del 2021, fue incluido por el diario británico The Guardian en el listado anual de 60 talentos que sobresalen del resto en sus clubes. Aunque debutó en primera con 16 años luego volvió a reserva y ahora regresó al primer plantel de Boca, donde ahora parece que nadie podrá sacarle la titularidad.