Los automóviles actuales son una computadora con ruedas. Todas las funciones, desde las más pequeñas e insignificantes hasta las principales, son controladas por sistemas electrónicos. Por eso modificar algunos parámetros informáticos permiten hacer todo tipo de cambios en tu automóvil para personalizarlo de acuerdo a las necesidades de su propietario.
Para avanzar con estos cambios hay que tener noción de informática. Por ejemplo, la reprogramación centralita Audi se necesita conectar la misma en un ordenador que tenga instalado el programa adecuado.
La centralita del vehículo o ECU (Engine Control Unit) se encarga de gestionar, electrónicamente, ciertos parámetros relacionados con el funcionamiento del motor como las revoluciones, temperatura, cantidad de combustible adecuado, punto de ignición, presión de admisión óptima, nivel de propulsión del turbocompresor, entre otros parámetros.
La ECU es la unidad que regula el funcionamiento del motor. Trabajando sobre esta terminal se puede elevar los valores de potencia del motor hasta un 30%, aunque claramente esta decisión conllevaría un mayor consumo de combustible y una disminución de la vida útil del mismo.
Por lo general, la terminalita consta de una unidad de control del tren de potencia que se encarga de las funciones primarias y una segunda unidad de control de los sistemas de confort y seguridad que administra el funcionamiento de la iluminación, la climatización, el sistema de frenos, el ABS, entre otros elementos.
La unidad de control del tren de potencia se encarga de la inyección de combustible y también de la ignición para determinar el punto exacto que ofrezca la mayor potencia con menor consumo de combustible.
También controla la distribución de las válvulas para garantizar una combustión óptima a través de la gestión del paso de aire hacia los cilindros. Todo esto tiene el objetivo final de gestionar el régimen de revoluciones y el ralentí que permite mejorar el rendimiento del motor y gestionar los niveles de emisión de gases contaminantes.
Ante una avería en la centralita del coche, es posible percibir las siguientes anomalías en el funcionamiento del vehículo como falta potencia, motor que no arranca, el ralentí funciona de forma deficiente e inestable, exceso de consumo de combustible, activación del modo de protección del vehículo, encendido de una o varias luces testigos en el tablero del automóvil, el vehículo expulsa humo denso y oscuro por el escape, el ventilador está en funcionamiento continuo, o algunos sistemas básicos como iluminación, limpiaparabrisas y cierre centralizado no responden.
Los fabricantes programan los criterios de funcionamiento del motor memorizándolos en un chip llamado EPROM (Erasable Programmable Read-Only Memory, en español: ROM programable borrable). Esta información puede ser editada para permitir la adaptación a la instalación de nuevos componentes, diferentes a los de serie, y esto es lo que se conoce como reprogramar la centralita del coche.
Además, mediante la reprogramación de la centralita, conocida como chip tuning, también se puede optimizar el rendimiento del motor, aumentando el par y la potencia. Los fabricantes diseñan los motores para que funcionen en condiciones extremas y, mediante la programación de serie de la centralita, limitan las prestaciones del motor para guardar un margen de seguridad.
Mediante una reprogramación del coche también pueden modificarse parámetros como el funcionamiento de la EGR (recirculación de los gases de escape), cambiar las limitaciones de par, turbo, inyección, temperaturas o velocidad, modificar el mapa de encendido, etc.
A la hora de reprogramar la centralita de un coche, debe respetarse el margen de ajuste permitido por el fabricante para cada parámetro, de tal manera que no se comprometa la fiabilidad del motor. Toda modificación debe ser homologada e incluida en la ficha técnica del vehículo. Además, es obligatorio informar a la compañía aseguradora. Por otro lado, el propietario debe ser consciente de que cualquier tipo de modificación técnica que se realice sobre el vehículo implica la anulación automática de la garantía oficial.