Concejal de Cambiemos negó haber aportado a la campaña de Macri y dijo que es una “gran estafa”
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El escándalo por los aportes truchos a la campaña de Cambiemos en 2017 estalló en muchos municipios bonaerenses donde candidatos, muchos de los cuales luego fueron electos concejales, aparecen como aportantes a pesar de que ellos lo niegan terminantemente. Afectados de distintas localidades planean iniciar acciones legales.
Luego de conocerse por una investigación periodística sobre 800 casos de falsos aportantes a la campaña provincial de Cambiemos en 2017 que surgían de las listas de beneficiarios de los programas “Ellas Hacen” y “Argentina Trabaja”, el escándalo se magnificó y amenaza con dinamitar a la alianza gobernante en municipios de toda la provincia.
En al menos 10 municipios del interior bonaerense, todos los entonces candidatos a concejales de Cambiemos figuran como aportantes de sumas que en total rondan los 500 mil pesos por distrito para la campaña presidencial de Macri en 2015.
En General Villegas, el concejal radical Martín Micucci aseguró a Banderaló Noticias que “es una mentira más grande que la provincia de Buenos Aires. De esto me entero el sábado a la tarde cuando un amigo me manda un chiste preguntándome si tenía 38 mil pesos para prestarle que, según ese informe, es la suma que yo aporté”.
“Obviamente, con el material que me empiezan a enviar empecé a llamar a varios lugares y pude averiguar que en noviembre de 2016 Jorge Más de Pehuajó, candidato a intendente en 2015, había radicado una denuncia que termina cayendo en el juzgado de la jueza María Servini de Cubría porque esto es un delito federal donde hay afectadas hasta ahora 2.300 personas más o menos porque son 72 hojas de listados de DNI y aportes”, agregó el concejal de Cambiemos.
“Si tomas un aporte promedio de 25 mil cada uno, imagínate que los cabezas de lista aportaban 50 mil, los primeros escalones aportaban 38 mil y después bajaban a 25 mil, eso te da alrededor de 60 millones de pesos en el año 2015 que quedan limpios a través de aportantes truchos. Estamos hablando de un delito de una magnitud enorme. Hay que averiguar de dónde salió, alguien tiene que haber firmado que yo era aportante. La investigación va para ese lado: a ver quiénes fueron los que pergeñaron esta gran estafa”, señaló el edil.
En 2015, Mucucci integraba la lista junto al ex pre-candidato a intendente por el PRO, Horacio Lorenzo que figura como aportante de 50 mil pesos, junto a la totalidad de candidatos a concejales y consejeros escolares que integraron la boleta. El monto total de los supuestos aportes de los villeguenses supera el medio millón de pesos ($511.000).
Según el concejal, la principal hipótesis es que este mecanismo se utilizó para encubrir a grandes aportantes que no figurar porque tendrían que rendir ante la AFIP por ese tipo de contribuciones. “El problema es que eso en sí mismo ya es un delito, pero lo que sigue a eso es el manejo de mala fe que se hizo, es decir, diluyamos esos aportes de campaña entre un montón de gente que están desparramadas en la provincia de Buenos Aires, total, no se van a enterar nunca. No es un delito aportar dinero para una campaña”, señaló.
“Se utilizaron nombres de personas que no tenían relación con ese tipo de operaciones económica además de cometer un desfalco al fisco. Ahora, de dónde salió también puede constituir un problema de proporciones bíblicas porque: ¿cuándo se realizó y quién realizó las firmas diciendo que yo era aportante por esa suma? ¿Quién dijo acá están los aportantes nuestros y te chanto la firma? ¿En qué posición estaba esa persona cuando sucedió, hacia donde lleva todo eso? Es grave lo que sucede, es gravísimo”, alertó.
Sobre los responsables, Micucci dijo que no duda que son integrantes de Cambiemos y consideró: “Esto viene indudablemente del lado de la política. Acá alguien de la política dijo los aportantes de Cambiemos son estos y firmó. Entonces”.
“Esto es embarrarnos de vergüenza, de una gran desilusión; es muy doloroso porque te muestra una realidad que es tremenda. He visto cosas que estuvieron muy mal manejadas y cuantas veces he podido las he dicho pero, esto, supera cualquier expectativa”, expresó Micucci que adelantó: “Estamos entrando en contacto con personas de otros distritos que son víctimas de esta estafa para accionar legalmente también”.
En una jornada cargada de tensión política, sectores del peronismo y del campo popular denunciaron que la condena a Cristina Fernández de Kirchner es el resultado de una “perversa persecución política, mediática y judicial” que se inició hace años y que hoy se consagra como una “auténtica infamia”.
La sentencia judicial fue calificada como un nuevo capítulo en la larga historia de ataques al peronismo y, en particular, a figuras que —como Cristina— “se atrevieron a transformar la Argentina en favor de las mayorías”. La denuncia apunta directamente al accionar del gobierno de Mauricio Macri, al que se acusa de haber montado un sistema de espionaje ilegal, armado de causas y manipulación de pruebas con el objetivo de perseguir a la expresidenta, su familia y sus exfuncionarios.
Según este análisis, el lawfare se consolidó como política de Estado durante ese periodo, una práctica que no solo buscó el descrédito judicial, sino también la estigmatización del campo popular. “Hoy, con un presidente para quien ‘la justicia social es una aberración’, el clima de odio, autoritarismo y hostigamiento se ha intensificado”, se remarcó, aludiendo al actual jefe de Estado, Javier Milei.
Para estos sectores, tanto Macri como Milei comparten un profundo desprecio por la democracia y por la dignidad del pueblo. Y por eso, hoy celebran esta condena que, según denuncian, estuvo guiada por un accionar judicial revanchista, carente de apego a la verdad y a la justicia. “No investigaron hechos: ejecutaron un plan. Una vendetta”, aseguran.
Desde esta perspectiva, la intención de fondo es disciplinar a la dirigencia política y blindar privilegios económicos, afectando directamente el estado de derecho y debilitando la democracia argentina. “Hoy esa democracia queda profundamente herida. Y nuestra responsabilidad histórica es defenderla”, concluyen.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, participó del encuentro encabezado por Cristina Fernández de Kirchner en la sede del Partido Justicialista en conmemoración de los fusilamientos de José León Suárez, en un contexto marcado por las versiones sobre un inminente fallo de la Corte Suprema en la causa Vialidad.
Luego de una reunión del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) con intendentes en La Plata , el mandatario provincial viajó hacia la Ciudad de Buenos Aires para sumarse al acto en Matheu 130, que reunió a una gran cantidad de dirigentes del oficialismo. Entre los presentes estuvieron Mario Secco, Julio Alak, Andrés Larroque, Gabriel Katopodis, Verónica Magario, Cristina Álvarez Rodríguez y Carlos Bianco.
La fecha, cargada de simbología para el peronismo, rememora los fusilamientos perpetrados por la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu en 1956. En ese marco, el homenaje sirvió también para visibilizar el respaldo a la ex presidenta en medio de los rumores sobre la posible confirmación de su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que podría afectar su candidatura como legisladora por la Tercera Sección.
En ese contexto, Kicillof reposteó un mensaje de su agrupación Movimiento Derecho al Futuro (MDF) en el que se denuncia una persecución judicial contra Cristina Kirchner. “Basta de perseguir a Cristina, basta de odio contra el peronismo”, expresaron desde la cuenta oficial del MDF en X.
El mensaje estuvo acompañado de un video con fragmentos de un discurso reciente del gobernador, donde advirtió: “Estamos bombardeados y rodeados de odio, insulto y crueldad. Parece que quieren condenar de nuevo a Cristina”.
Kicillof agregó que “desde acá dejamos en claro: ¡Basta de persecución! ¡Basta de partido judicial!”, reforzando la denuncia de una embestida desde el Poder Judicial contra el espacio político liderado por la dos veces presidenta.
Durante el encuentro de intendentes en La Plata también se repasaron definiciones estratégicas del espacio de cara a las elecciones legislativas, que serán planteadas como un plebiscito a la gestión de Javier Milei. Desde el Movimiento Derecho al Futuro destacaron que la actividad sirvió para renovar el compromiso militante y trabajar en la reactivación del voto de los sectores desmovilizados.
En el lanzamiento formal del MDF, realizado días atrás en La Plata, Kicillof aseguró que el presidente “le declaró la guerra al pueblo que labura”. “La motosierra no era para la casta, era para el pueblo”, lanzó en un discurso en el que llamó a conformar un gran frente bonaerense para enfrentar las políticas de ajuste del gobierno nacional.
“El modelo de Milei no es nuevo. Es la continuidad de Martínez de Hoz, Cavallo y Macri. Es planchar el dólar, destruir la inversión pública, aplicar tarifazos, abrir la economía y reprimir los ingresos”, analizó el gobernador. Y agregó: “Le declaró la guerra a la industria nacional, al chacarero, a las pymes y al pueblo que trabaja. En vez de lamerle la bota a Trump, debería escuchar cómo protege su economía”.
Finalmente, Kicillof hizo un llamado a la unidad del peronismo: “El único adversario que tenemos es Milei. Tenemos que evitar que la motosierra cruce la General Paz”.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó este viernes una cargada agenda en General Villegas, donde cuestionó duramente el ajuste del gobierno nacional contra el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Junto al ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, advirtió sobre los efectos de lo que calificó como un “plan de liquidación” de una de las instituciones más valoradas del desarrollo productivo argentino.
En su intervención, Kicillof fue terminante: “Es un crimen que lo quieran cerrar. No se puede explicar, no se entiende”. Según el mandatario, la ofensiva contra el organismo constituye “una motosierra sobre la ciencia aplicada al campo argentino”, y representa un retroceso difícil de reparar. El respaldo llegó luego de que Walter Miranda, director de la Estación Experimental INTA Villegas, le entregara una nota relatando la crítica situación del personal técnico y profesional.
El gobernador también expresó su preocupación por los intentos del Ejecutivo nacional de modificar la estructura del Consejo Directivo del INTA para profundizar el ajuste: “Cada trabajador del INTA lleva consigo una experiencia irreemplazable. No se puede reemplazar eso con Excel ni con frases de campaña”.
Rodríguez, por su parte, denunció que “lo que hace Sturzenegger es un cientificidio. Es una nueva versión de mandar a los científicos a lavar los platos”. Además, valoró el trabajo de las chacras experimentales del INTA como piezas claves para garantizar soberanía tecnológica en la producción agropecuaria.
Más tarde, durante una entrega de maquinaria agrícola en la Escuela Primaria N° 45, Kicillof redobló la apuesta: “Va a ser muy difícil tener actividad agropecuaria sin el INTA. Dicen querer un país agroexportador, pero quieren eliminar las instituciones que hacen posible esa producción. No lo van a entender nunca”.
El mandatario también valoró el aporte del organismo en el desarrollo de semillas resistentes y tecnologías que han colocado a la Argentina en un lugar de relevancia internacional: “Han llevado al país a las primeras planas con sus avances, y ahora los quieren arrasar por ignorancia o por intereses ajenos”.
Las palabras del gobernador resonaron especialmente en el distrito de General Villegas, donde el campo y la ciencia rural se encuentran cara a cara. En esa misma región, pero hacia el sur, a 22 kilómetros de la ciudad de Los Toldos, vive otro símbolo del campo con alma y compromiso: el monje benedictino Mamerto Menapace, conocido como el “cura gaucho”.
Menapace, escritor y narrador de cuentos criollos, ha defendido con voz pausada y lenguaje campero la necesidad de unir la tierra con lo sagrado. Autor de 52 libros, muchos de ellos en lenguaje gauchesco, escribió incluso los salmos de la Biblia en verso criollo y llegó a decir que “para ser sacerdote argentino hay que tomar mate y usar poncho”, recomendación metafórica que bien podría aplicarse al compromiso que hoy exige la defensa del INTA: hablar el idioma del pueblo, desde la tierra, con sentido comunitario.
Tal como Menapace descubrió a Dios en los ritmos de la naturaleza, para Kicillof y su equipo, la sabiduría agropecuaria se cultiva con ciencia y con Estado. En ese cruce entre lo técnico y lo espiritual, el campo argentino pide volver a tener voz propia. El INTA, como ese cura de poncho rojo, no se rinde ni se deja arrasar por una motosierra.