Este jueves, inspectores municipales de Pinamar retuvieron a un vendedor de churros en la playa por falta de habilitación municipal. Un grupo de turistas defendió al trabajador que finalmente pudo retirarse sin que le incautasen la mercadería.
El forcejeo alrededor de la canasta de mimbre entre inspectores, policías y turistas fue filmado por un veraneante y el video se tornó viral. El intendente de Pinamar y tuitero activo, Martín Yeza, brindó una explicación en la red social en la que aseguró que el municipio busca un “equilibrio” en la oferta y que se cumplan las normas de bromatología. En su hilo mencionó a la reconocida Churrería El Topo cuya cuenta de Twitter tiene más de 70 mil seguidores.
Horas después, la cuenta administrada por uno de los dueños de la churrería que tiene una gran cantidad de sucursales en todo el país brindó su opinión y terminó quedando envuelto en la polémica.
Según contó, hasta hace 10 años los permisos de venta en la playa de cada producto se concesionaban y el ganador monopolizaba la actividad durante todo el verano.
A partir de una propuesta de varias churrerías de Villa Gesell, entre ellas El Topo, se comenzó a implementar un sistema por el cual “cada vendedor se ocupaba de sacar su permiso, pagándolo y presentando los requerimientos municipales”. Según la empresa familiar este “fue un éxito total, tanto q Pinamar lo imitó“.
“Nuestra empresa no entrega churros a vendedores sin su permiso municipal. Esa es nuestra política. Sabemos qué hay inspectores en ambos partidos, y no nos gusta como imagen, que un vendedor nuestro sea demorado y decomisada la mercadería frente a nuestros potenciales clientes”, apuntaron.
Y concluyeron: “Creemos que todos los vendedores en playa deben tener su permiso municipal. No es difícil sacarlo, pero tampoco debería ser difícil darlo. Es muy triste ver a un trabajador perdiendo su día de trabajo”.
Polémica en Pinamar: el hilo de tuits de churrería El Topo
Hasta hace un poco más de 10 años, la venta de churros (y otros rubros) se “concesionaba” a un privado y este era el único que podía vender ese producto en la playa. Ya sea una churrería o x persona que le compraba a varias churrerías y de ahí a los vendedores.
— soɹɹnɥɔ El Topo (@churreriaeltopo) January 14, 2022
Para los ciudadanos locales, el permiso suele ser mucho más barato, y otras veces hay cupos para los de otras provincias, procurando el desarrollo del trabajo local. Y a veces, hay planes de pago en 2 o 3 cuotas (Gesell)
— soɹɹnɥɔ El Topo (@churreriaeltopo) January 14, 2022
Nosotros somos una empresa. Nos pueden gustar más o menos las disposiciones municipales. Lo que si debemos, para estar en regla, es cumplirlas. Y que los vendedores que nos representan en la arena, también las cumplan.
— soɹɹnɥɔ El Topo (@churreriaeltopo) January 14, 2022
En el caso particular de Pinamar, también están habilitadas para vender Churreria del Mar, El Tito, San Cayetano, Punto Churro, La Primera, La Estrella, El Ángel, entre otras. Y nos encanta que haya competencia, diferentes ofertas y que el pan llegue a la mesa de muchos y muchas.
— soɹɹnɥɔ El Topo (@churreriaeltopo) January 14, 2022
Hace 54 que estamos en la zona. Hemos mantenido excelente relación con todas las autoridades municipales, del color político que sea. Nosotros hacemos churros, las discusiones ideológicas las dejamos para nuestra intimidad (recuerden que somos tres generaciones muy distintas).
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Creemos que todos los vendedores en playa deben tener su permiso municipal. No es difícil sacarlo, pero tampoco debería ser difícil darlo. Es muy triste ver a un trabajador perdiendo su día de trabajo.
— soɹɹnɥɔ El Topo (@churreriaeltopo) January 14, 2022
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