A 42 años de la Guerra de Malvinas, el presidente Javier Milei llamó a «reconciliarse con las Fuerzas Armadas». Sin embargo, en la justicia aún espera una resolución la causa por las torturas a soldados argentinos por parte de sus jefes militares, en el marco de la más cruenta dictadura cívico militar.
«Todavía las Fuerzas Armadas no hicieron una autocrítica sobre cómo actuaron en Malvinas. Hay muchas responsabilidades de las fuerzas por la muerte de muchos compañeros. Hay pruebas irrefutables que demuestran que en Malvinas hubo torturas, estaqueamientos y asesinato de soldados”, expresó a Todo Provincial el secretario de Derechos Humanos del CECIM La Plata, Ernesto Alonso.
Y apuntó: “Fuimos con unas Fuerzas Armadas que no estaban preparadas para la defensa de la soberanía nacional. A Malvinas no fuimos con el ejército sanmartiniano, fuimos con el ejército de Galtieri y Videla”.
La causa judicial que investiga las torturas a soldados argentinos por parte de militares superiores de su propia tropa está paralizada en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Los excombatientes reclaman que sean considerados delitos de lesa humanidad y que por lo tanto no prescriban.
El planteo de los excombatientes ahora quedó a contrapelo del discurso del gobierno nacional que dedicó este 2 de abril a homenajear a las Fuerzas Armadas, sin ningún miramiento al modo en que se decidió ir a la guerra, envíando a combatir a miles de jóvenes con escaza preparación y armamento frente a un ejército híper profesional como el británico.
“Quiero que trascienda este gobierno y que rinda homenaje sincero a nuestros héroes, dándoles a las Fuerzas Armadas el lugar de reconocimiento y apoyo que se merecen”, planteó Milei en línea con el dicurso planteado el pasado 24 de marzo.
Mientras tanto, duerme en a Corte Suprema la mega causa que tiene más de 200 militares imputados, decenas de testimonios y pruebas incriminatorias y ya motivó procesamientos dictados por el Juzgado Federal, actualmente a cargo de la jueza Mariel Borruto.
La denuncia de los soldados conscriptos busca demostrar que en plena dictadura “el plan sistemático de violación de los derechos humanos aplicado en el continente también se trasladó a las islas”.
Entre los procedimientos descriptos en la investigación aparecen tormentos tales como estaqueos que en muchos casos se daban durante el ataque enemigo, “frente a un clima adverso y con muchos solados en estado de desnutrición”. También se registraron casos de abusos y muestras de antisemitismo. Todo eso consta en documentos desclasificados y se probó por testimonios recopilados.